Hola estimados lectores, quiero contarles que este blog me ha traído muchas satisfacciones y una de ellas es poder hacer buenos amigos casi de cualquier lugar.
Hoy quiero contarles la historia de un lector amigo que me escribió hace un tiempo, solo para contarme su experiencia. No mencionare su nombre, ya que aunque me dio luz verde para contar esta anécdota, prefiere mantenerse en el anonimato.
Se animó a contarme su historia después de leer mi post Pequeños tropiezos, Grandes triunfos!!! el cual le agrado mucho y para felicitarme por ser una mamá optimista ;) mil gracias.
Creo que su historia se presta para una buena reflexión….
“Cuando yo tenía 4 años, mi mama falleció debido a un accidente automovilístico, mi abuela materna me contó que yo era muy apegado a mi madre, por lo que su partida, a mi corta edad fue muy difícil de entender….
Mi padre por otro lado siempre fue muy distante conmigo, para ser honesto era como un extraño para mí, entendía que era mi padre, solo porque se encargaba de proveer mis necesidades básicas, alimentación, vestido y escuela, y porque solo me dirigía la palabra para regañarme cuando me portaba mal, en otras pocas circunstancias.
Yo le tenía mucho respeto, pero me dolía en el fondo de mi corazón su distancia, llegue a pensar que no solo estaba huérfano de madre, sino también de padre.
No puedo decir que todo fue tristeza, porque sé que se preocupaba de alguna forma por mí, pues nunca me falto nada, recibí uno que otro obsequio de su parte y se preocupó por llevarme a una buena escuela.
Si llegamos a hablar sobre algunas cosas, pero nunca tuve la confianza para llegar a contarle mis problemas, la verdad me sentía inseguro de su respuesta.
En el fondo de mi corazón siempre supe que me amaba, solo que me hacía falta escucharlo de vez en cuando.
Recuerdo que una vez, cuando tenía 8 años, sentí la necesidad de abrazarlo y besarlo, así que cuando llego de trabajar corrí hasta la puerta, y me lance hasta sus brazos gritándole que lo quería, nunca olvidare su reacción, me alejo de su lado y me grito, “no me gusta que me beses”, “déjame en paz”. Me dolió mucho, llore toda la noche en mi cuarto, pero no deje que me viera, no podía mostrarle esa debilidad, pensé que se sentiría decepcionado.
Mi abuela, tan linda siempre, me consoló, me dijo que seguramente mi padre venía muy cansado y estresado del trabajo y que lo había agarrado de sorpresa, pero que me amaba y que no debía dudarlo.
Jamás volví abrazar a mi padre y siempre tuve miedo de decirle te quiero….
En otra ocasión cuando tenía 10 años, estaba muy emocionado por haber ganado un concurso de pintura en la escuela, estaba impaciente a que llegará mi padre del trabajo para mostrárselo, pero cuando llego ni volteo a ver mí dibujo y solo me regaño por haber dejado tirados mis zapatos en la sala. Recuerdo que rompí el dibujo…
Nunca supe porque se comportó así conmigo, unos decían que tenía problemas en el trabajo, otros que mi abuela paterna había sido muy fría con él, otros, que nunca pudo superar la partida de mi madre.
Y a pesar de las palabras de mi amada abuela quien fue como mi madre, siempre me sentí inseguro, ya no sé si tenía temor a mi padre más que respeto, pero deje de buscar su aprobación, al contrario, cuando crecí, dejo de importarme lo que el pensara o hiciera con su vida en mi etapa de rebeldía, aunque para ser honestos si me lastimaba, pero no quería que lo supiera, le tenía rencor por haber sido tan distante conmigo. Por haberme negado un abrazo cuando más lo necesitaba, solo por no mostrar debilidad en su persona, él había sido muy egoísta.
Como te dije, siempre me sentí inseguro, siempre me costó trabajo relacionarme con las personas, pero según yo lo superé.
Me case con una gran mujer y ahora tengo dos hermosos gemelos varones de 5 meses, sin embargo quiero decirte que cuando nacieron, sentí un enorme temor, no podía acercarme a ellos, debo aceptar de que tenía miedo de estar con ellos, no sabía cómo comportarme, esto fue a tal grado que mi matrimonio se puso en riesgo.
Cuando mis hijos tenían 2 meses, mi padre murió. No conocía el impacto que mi padre había provocado en mí, hasta que me convertí en padre. Y fueron sus últimas palabras las que me llenaron de valor y se quedaron guardadas en mi alma.
Él me dijo -Hijo mío, estas palabras debí habértelas dicho hace tiempo, te amo, eres mi gran orgullo, te quiero. Lamento decírtelo hasta ahora. Y también lamento haber malgastado mi tiempo contigo, no haber disfrutado de tus risas y ocurrencias cuando eras un niño, no haber sido espectador de tu exploración y descubrimiento del mundo, me perdí de ti y no me di cuenta de cómo me negué la oportunidad de ser un verdadero padre para ti, me negué la oportunidad de disfrutar a mi hijo, no supe valorarcada mínimo detalle, cada momento de mi vida contigo y hoy lo lamento tanto.
Hoy no quiero irme sin antes decirte que te amo y que lo siento tanto. Además no quiero que cometas los mismos errores que yo, hoy tienes dos hijos, no te niegues la oportunidad de vivir plena y felizmente a lado de ellos, de disfrutar sus triunfos y apoyarlos en sus derrotas, por favor enfrenta tus miedos, no solo por ti, sino también por ellos. Nadie nace sabiendo ser padres, pero creo que vale la pena intentar hacer un buen papel y ser parte de la vida de un hijo y no solo un extraño que provee.-
Después de que mi padre murió, reaccioné, y me prometí que la historia no se iba a repetir y que estaría en verdad con mis hijos, sería yo el padre que siempre esperé.”Me impresiono mucho esta historia, y más porque sé que muy cercano a mí hay historias similares que podrían cambiar….
Nadie nace sabiendo cómo ser padres, pero cuando enfrentas tus miedos y te acercas e ese ser tan especial del cual fuiste capaz de procrear y en verdad conectas con él, a pesar de que sabes que no sabes que es lo correcto, dejas latir tu corazón y el amor fluye.
Puedes cometer errores y tal vez los lastimes en tu aprendizaje, pero será mejor a que ellos se sientan abandonados por ti. ¿Por qué no dejar una verdadera huella en la vida de nuestros hijos? Haz trascendencia.
No es nada fácil encontrar un equilibrio familiar, sobretodo en esta crisis mundial, donde padres y madres constantemente se ven en la necesidad de sacrificarse por querer ofrecerles algo mejor a sus hijos, sin embargo, yo creo que no hay mejor regalo para un hijo que educarlo con amor, tomar en verdad nuestro papel como padres y estar ahí para ellos, no dejar que alguien mas lo haga por nosotros y nosotros terminemos siendo el extraño…
No se trata de ser suaves con ellos, porque es necesario poner limites y ayudarlos a ser fuertes y tolerantes a la frustración ya que la vida no es fácil, pero tampoco se trata de negarles la oportunidad de sentirse valorados por sus propios padres.
Que cada sacrificio que hagas, valga la pena, pero que no se lleve entre las patas no digo la felicidad, sino el bienestar de tu hijo… Y con bienestar no digo estabilidad económica, porque la estabilidad como persona también es importante para una persona, para que en un mañana sepa valorar y sepa luchar por lo que quiere y no tenga que lidiar con tantos problemas existenciales ocasionados por uno, que impidan su propio éxito.
Cuando la interacción con lo hijos casi no existe, la idea de paternidad que se refleja supuestamente hará al menor más fuerte, pero no es así. Estos padres distantes, fríos y poco afectivos, que evitan el contacto sentimental, tal vez no sean castigadores ni agresivos, pero simplemente los hijos no son su prioridad, o almenas eso parece. Creerán que el hijo se malcría con afecto, pero no buscan un equilibrio, lo único que se logra es que los niños se sientan poco valorados, con baja autoestima, tímidos, les costará hacerse notar, expresar sus ideas y hacer valer sus derechos, o por otro lado serán extrovertidos negativamente pero solo para llamar la atención. Cuánto daño puede ocasionar un padre ¿No crees?
Ser amoroso, dar un abrazo, un beso, expresarte y escuchar a tu hijo, no es signo de debilidad es signo de humanidad…
Seamos capaces de evaluarnos con objetividad y reconocer nuestros errores. Si tenemos un problema, atendámonos, como familia, el problema no es de uno es de todo el círculo familiar y todos tanto mamá como papá como hijos deben de poner de su parte, deben buscar ese encuentro e identificación. Deben hacer esa verdadera conexión. Si es necesario buscar apoyo de un profesional y buscar el equilibrio familiar. La familia se puedes desbaratar en un segundo, por eso estas cosas se deben enfrentar con amor, no con resentimientos. Es necesario expresarse y también es necesario dejar de lado el egoísmo y saber escuchar, poner de su parte. Al final el amor y la familia es lo único que importa. No solo vivimos por nosotros, sino también por ellos.
Muchos padres no saben dar amor y no saben, porque no recibieron amor, no lo conocen, por eso es importante como pareja apoyarse y encontrar esa comunicación y conexión para enseñar amar.
Recuerda entre más amor das más amor recibes…
Espero que este artículo llegue a todas esas personas que lo necesiten.
También les dejo este link: Estilo educativo de los padres y consecuencias para los hijos.
Agradezco a mi esposo por ser un padre amoroso y apasionado por su hija que en verdad a creado una conexión mágica con ella.
Bendiciones y hasta pronto.
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