Revista Arquitectura

Una docena de ideas para crear un huerto urbano o macetohuerto con materiales reciclados

Por Hogarismo

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Mantener un huerto urbano en tu balcón o terraza, normalmente no es un decisión meditada, sino que es algo que suele comenzar con una planta que nos regalan o compramos impulsivamente, y que cuando nos damos cuenta, se ha convertido en una interesante afición que hace que los tomates y pimientos acaban desplazando a los geranios en nuestro balcón. No obstante si quieres tener más motivos para empezar con tu huerto urbano, aquí tienes doce, aunque seguro que encuentras muchos más.

1. Saber lo que comes

Seguro que todos recordamos frecuentes casos de escándalos sanitarios que cuestionan alimentos en teoría seguros. Si por algún motivo quieres o necesitas seguir una dieta en la que controles con exactitud los productos químicos y contaminantes que ingieres, cultivar tus propias hortalizas puede ser algo casi imprescindible.

2. Educar a los niños

Aunque suene a tópico, para muchos pequeños los tomates salen del supermercado y la leche del tetrabrik. Aprender más sobre la naturaleza y el ciclo de la vida y las estaciones, puede ser una parte fundamental en su educación, y el huerto urbano puede ser la mejor manera de aprenderlo, aunque sea con una simple maceta con patatas.

3. Aprender más sobre los alimentos

La motivación por mejorar nuestra cosecha, nos empujará a investigar y conocer más sobre los beneficios particulares de cada planta de nuestro huerto, a tener hierbas y especias que no se ven normalmente en los supermercados pero que sabemos de sus capacidades culinarias, o a cultivar aquellas hortalizas que sabemos que nos aportan determinadas vitaminas o sabores, y el huerto puede ser la única opción para conseguir nuestros “ingredientes secretos”.

4. La satisfacción de cultivar

Pocas cosas tan sencillas dan tanta satisfacción como el recolectar tu propios alimentos, aunque la cosecha sea exigua debido al poco espacio o las plagas, seguro que nos produce una gran ilusión comernos una pequeña ensalada con tomates que hemos visto crecer y cuidado con atención.

5. Se puede convertir en una absorbente afición

El cultivo en casa puede convertirse en una afición que nos puede servir de una interesante válvula de escape para las tensiones cotidianas del trabajo. Pasar un pequeño tiempo en el huerto al llegar a casa, seguro que nos relaja y nos aleja de las preocupaciones.

6. Puedes consumir las hortalizas en su momento óptimo

Hoy en día todos conocemos la experiencia de consumir fruta y verdura de buen aspecto y pésimo o inexistente sabor. El hecho de cosechar basándose simplemente en su apariencia externa o en un momento en que aún está dura para que así pueda resistir el transporte, hace que sea casi imposible consumir un tomate con el sabor de los de antes. Algo que cultivando tú mismo podrás conseguir.

7. Puede servir para aumentar tus relaciones sociales

La afición por el huerto urbano y el deseo de mejorar, motivados por querer tener cosechas mejores y más abundante, seguro que nos lleva a querer aprender más a través de foros y redes sociales o en cursos y talleres. Conocer a gente con los mismos intereses que tú puede ser muy gratificante, para tu huerto y para ti.

8. Puede ser un ahorro

Dependiendo de la superficie cultivada y del número de personas en la familia, el huerto urbano puede representar cierto nivel de ahorro, en zonas cálidas de la península, una buena programación de cultivos que haga se solapen a lo largo del año, sí puede hacernos ahorrar una cantidad significativa de dinero.

9. Consumir alimentos de alta calidad

Ciertas variedades de hortalizas sólo las podremos encontrar en el mercado a un precio elevado o incluso no poder encontrarlas aunque queramos pagarlas. Con nuestro propio huerto podemos tenerlas disponibles, además como el huerto urbano posiblemente estará condicionado al espacio, lo lógico es que las variedades que cultivemos sean las mejores posibles, así pues, nuestros productos siempre serán de una calidad media superior a los de las tiendas.

10. Tener a mano hierbas frescas

Algunas hierbas usadas en ciertas recetas no son fáciles de encontrar frescas, como el apio, el estragón, el eneldo, los cebollinos o el cilantro, o si lo son, puede cuando nos hagan falta no las tengamos a mano. Si te gusta cocinar, tener tu pequeño cultivo de aromáticas es casi indispensable.

11. Consumir alimentos sin pesticidas ni fertilizantes tóxicos

El uso y sobretodo abuso de los fertilizantes, herbicidas y pesticidas tóxicos han hecho que en algunos casos comer fruta y verdura aporte más riesgos que beneficios para nuestra salud. Controlar en todo momento su uso y saber que algo está libre de ese tipo de contaminantes es algo que no sólo va a redundar en el sabor de nuestras recetas si no en nuestra propia salud.

12. Es divertido

Y por si fueran pocas todas estas ventajas, es divertido. Cada cosecha se convertirá en un logro y comprobarás como poco a poco deseas ir ampliando tu cultivo, a la par que vas teniendo más experiencia. Además, si tienes poco espacio querrás tener mejores sustratos, sistemas de riego, fertilizantes y variedades. Y si la cosecha no se logra, seguro aun así la experiencia ha sido gratificante.

Seguro que todos estos motivos son suficiente para motivarte a empezar, pero aún así un último consejo: Atrévete a probar, aunque sea con una pequeña maceta y ya verás como la experiencia engancha.

Fotografía destacada cortesía de areinar, con licencia Creative Commons.

Republicado con permiso, cortesía de Unadocenade.com


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