Revista Coaching

Una emoción es, ahora… sin más

Por Mbbp

UNA EMOCIÓN ES, AHORA… SIN MÁS

Un sentimiento no es más que la imagen mental de una emoción! Y una emoción es, sin más… mientras que un sentimiento es algo creado por el Ego, por tanto expresado, filtrado, sesgado por todo aquello que llena nuestra mente! No es siempre fácil identificar a una o a otro, pero te diré que una emoción es algo inevitable que se genera frente a alguien, un momento o un lugar, mientras que un sentimiento es fruto del filtraje que realiza nuestra mente de esa espontánea emoción, juzgándolo, como suele hacer,  como “bueno” o “malo”…

Por tanto, es fácil afirmar que un sentimiento, viniendo de donde viene,  adquiere esa dualidad que la mente impone a todo lo que pasa en nuestra vida. Así un sentimiento podemos considerarlo -y lo que es peor, juzgarlo, como he dicho- apropiado o inapropiado, conveniente o inconveniente en un momento dado, beneficioso o perjudicial. Bajo los sentimientos yacen nuestras creencias y nuestras experiencias, todo aquello que hayamos permitido interferir en nuestra vida y que, obviamente, condiciona y obstaculiza nuestro presente! Y la vida no debería ser más que esa emoción que se expresa en ese presente que nos permite ser conscientes de lo que somos, de lo que sentimos y de lo que hacemos en él, ahora. El presente es… y todo aquello que nos priva de ese “soy, ahora” nos lanza sin piedad a los brazos del miedo, ya sea del ayer, esos pensamientos tóxicos que solo buscan razones razonables o esos sentimientos que pretenden juzgar una realidad sesgada de nuestra propia existencia real!

Creo que, con los años, para mí es ya fácil distinguir entre una emoción y un sentimiento. Una emoción sale de dentro y, si la identificas y aceptas, te concede el beneplácito de la paz interior! Un sentimiento, en cambio, dependerá demasiado de “lo externo” y generará conflicto interno, que no es más que ese miedo necesario para ceder el contro de lo que pasa a nuestra Ego! Las señal de alarma es clara y contundente, paz o conflicto, en todas sus variantes, ya sea ansiedad, nerviosismo, enfado o toda esa retaíla de sentimientos aledaños y mentales que nos hacen sentirnos amenazados,  dolidos o hirientes con nosotros mismos o con los demás. Simplemente, haciéndote vivir como si todo fuera “Tú o yo”! Ni que decir tiene que la preciada paz -tan buscada como denostada en nuestro mundo- está hecha de amor, de integración con uno mismo,y de unión con los demás y con la vida… y, lo principal, responde a lo que el Alma nos dicta desde nuestro ser interno y verdadero! Ni que decir tiene que quien no es capaz de estar en paz con uno mismo, no podrá amar… ni encontrará la paz ni el amor en otros o en la vida!

Decidirse uno por la paz o el conflicto, es decir, por el Alma o el Ego, no es siempre tarea fácil, en este mundo que hemos creado, basado precisamente en lo que más abunda en nosotros sus habitantes, es decir, el conflicto en sus múltiples versiones, como la competencia, la intolerancia, la injusticia y la insolidaridad! Pocas personas tenemos el privilegio, no solo de buscar la paz en toda nuestra vida -que todos afirman buscar, pero pocos tienen el valor o la coherencia de perseguirla y promoverla de verdad en su vida diaria- sino de intentar proyectarla en los demás, sobre todo en quienes más la valoran y la necesitan. Pero hay algo importante en todo ello, así como es imposible dar paz sin tenerla uno mismo en su interior, es igualmente difícil que alguien que no la ansíe desde su interior pueda reconocerla en otro y mucho menos nutrirse de ella! Es simple, cuando vemos y sentimos la paz de alguien o algo (por ejemplo, la Naturaleza) es porque nuestra vida nos procura -en el momento preciso, ni antes ni después, solo cuando estamos realmente preparados- aquello que sirve de espejo de nuestra Alma y sepamos qué ansía ella!

Aunque nuestro Ego -que se alimenta del conflicto permanente, recuerda- , si se lo permites, no te permitirá ver la paz o el amor o, lo que es peor, disfrutarlos en tu vida! Para ello el Ego esgrime cualquiera de sus armas usuales y sutiles, como son los pensamientos confusos de los cuales se nutre (y el mundo está lleno de ellos), y que, a la vez, construyen ese sentimiento adverso ante la emoción evidente e irreversible que nos te trajo la paz o el amor! Y vuelta a empezar! Como ves, no es algo fácil,  solo exige coherencia y fuerza de voluntad para dejar fluir la vida con confianza y vivir el hoy, aunque a veces nos cueste! Y, sobre todo, no bajar la guardia, pues nuestro Ego tenaz, alimentado por nuestro mundo tóxico creado por él, intentará por todos los medios retomar el control de nuestra vida a la menor ocasión, volver a apretarnos y atemorizarnos con pensamientos de todo tipo para desistir de esa paz y ese amor que nuestra Alma tiene, merece y, a la vez, ansía en nuestra vida cotidiana con nosotros mismos y con los demás. Ni que decir tiene que esa paz y ese amor responden al Alma, como es fruto de nuestras pequeñas y aparentemente insignificantes decisiones diarias, coherentes o no, con las emociones de nuestro interior! Así, como ves, el verdadero sentido de la vida que es vivir la paz y el amor -lo contrario, es el sufrimiento gratuíto- dependen  de tu libertad para decidir qué quieres y qué no en tu vida y to clara opción de ser feliz! No los busques fuera donde no están… sino en tu interior, donde esperan a manifestarse en lo que realmente eres, sientes y vives hoy!

;-)

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