Revista Insólito

Una encrucijada bloguera

Publicado el 26 enero 2021 por Tdi @RLIBlog
Una encrucijada bloguera


Desde que cree este blog, siempre lo he mantenido como una afición, un lugar donde compartir lo que me parecía interesante. Los años han ido pasando y siempre le he buscado un hueco en mi vida porque es algo que realmente me agrada y porque también es un pedazito de mí que me gusta enseñar. Esos mismos años que hicieron que fuera enfocando el rumbo del blog, también han hecho que cambie la forma de crear entradas. De compartir cualquier cosa curiosa sin más, a traducir entradas y artículos sin tocar ni una coma a interpretar y quitarles paja hasta, como ahora, realizar las búsqueda de información por mi cuenta sin depender de alguna web popular en otro idioma. Aunque siempre he compartido lo que me gusta, en este último caso no dependo de alguna entrada ajena que haya tenido éxito para poder emularlo. Eso significa que publico totalmente lo que me viene en gana. Esto tiene una pega que no preveí y que parte de algo que ya comenté en mi Ko-Fi.

Cualquiera que comparta contenido, ya sea en un blog, vídeo, podcast o plataforma de directos, sabe que hay más trabajo de lo que parece en lo que se publica. Por otra parte, es cierto que no todo cuesta el mismo esfuerzo y ahí está la clave del tema. A mí no me falta motivación ni material para compartir con ustedes las entradas que haga falta pero, como la mayoría de los creadores de contenido, no vivo de esto. En todo caso, puedo obtener un beneficio muy ocasional y aún así llamarme afortunado, aunque las ganancias sean míseras. Eso supone que muchas veces hay entradas que no me compensa hacer por el esfuerzo que supone. Igual que a veces me quedo con ganas de hacer una entrada porque no hay información disponible, en otras ocasiones hay demasiada información. No estoy hablando aquí de cuando me encuentro con un gran número de artículos para leer, que también podría limitarme, aunque podría ser más selectivo con los artículos o con la información en ellos, sino cuando encuentro la información en libros o tesis. Hay ocasiones que por su estructura y forma de expresarse, puedo encontrar lo que busco rápidamente y/o digerir sin más un texto largo. Otras veces, intentar hacerlo en poco tiempo a cambio de prácticamente nada...no compensa, por mucho que me guste compartir curiosidades. El problema radica es que yo quisiera hacerlo, pero no se va a valorar debidamente.

Ya dije en una entrada que no debemos esperar el éxito, porque a los que publicamos contenido nos debe gustar hacerlo. No obstante, también sería absurdo publicar algo en la red y esperar que todos pasen de ello. Esa es la razón por la que debo deciros que muchas entradas posiblemente no lleguen a nacer. No serán abortadas, sino que se quedarán en el horno por un tiempo indefinido. Alguno podrá pensar que es paciente y puede esperar, ignorante del tiempo que llevan muchas como borrador, con los recursos para hacerlas esperando que los lea a fondo o simplemente en mi cabeza, donde sí pueden perderse en el olvido.

En resumen, les digo que hay entradas que no podré hacer porque no me compensa el tiempo y el esfuerzo para lo que se consigue con ellas. No se trata de entradas cuyo tema me aburra y me de pereza. Al contrario, quiero hacerlas. Tengo pendientes entradas de historia, de mitología, de inventos del pasado, etc. Sin embargo, el tiempo para hacer las cosas por gusto es limitado.

Una encrucijada bloguera


Esto también me ha dado que pensar que quizás debería usar otra plataforma con mayor público. Cuando le di la oportunidad a Twitter, pase de 50 a 400 seguidores en torno al primer año y, sin que haya pasado aún otro más, supero los 2000. No es una cifra récord, pero es una mayor respuesta a la que estaba acostumbrado en Facebook, la propia Blogger o en ciertas comunidades que compartían mi contenido. Además entraría en contacto con un público distinto. Sin embargo, a cada plataforma le encuentro unos pros y unos contras que me hacen dudar si transferir el contenido aquí presente y el que fuera a publicar.

En Youtube sé que mi contenido tendría cabida, sin embargo, tendría la misma barrera que aquí. Es decir, debería tener muy buena acogida para que compensara el esfuerzo adicional de la edición de vídeos. Si en Twitter tuviera más seguidores podría aprovechar el alcance allí a mi favor, pero aún no es el caso.

Los Podcast eliminarían parte del trabajo de edición, pero aún así siento que no compensa. No soy de los que disfrutan oyendo su voz grabada y si partiera de algo escrito pienso que, aunque intentara evitarlo, sonaría robótico.

Por último, este último apartado se solucionaría en Twitch, ya que podría (recalco el condicional) tener un diálogo y sonar más natural. Además, otra limitación de las plataformas anteriores es la falta de interacción. A mí me gustaría poder leer el chat y que me insultaran y lanzaran vivas a partidos de extrema derecha aportaran detalles, ya que comparto contenido porque me gusta, no porque me crea una eminencia. Para publicar algo y que me escriban un comentario el mismo día o años después, ya tengo el blog. Sin embargo, hay que ser realistas. Sé que hay canales que se dedican a compartir información, normalmente de detalles macabros o técnicos, pero no sé cuanta cabida tendría. A eso hay que sumar que muchos canales que transmiten sin que nadie los mire aunque, por otra parte, hay quienes partiendo con poco tienen un seguimiento fiel. También tendría que pensar cómo plantearlo. Un punto a favor, aunque improbable, sería que tuviera suscriptores, en cuyo caso sería más fructífero que el blog. Existiría la posibilidad de variar el contenido, lo que para algunos sería un punto a favor o en contra.

El problema con todas sería que encontrara la misma barrera esfuerzo/satisfacción y/o que no pudiera repetir un crecimiento similar al de Twitter. De momento son ideas que están en el aire. Puede que nunca lo haga o que algo me incite a dar el paso inmediatamente.

Una encrucijada bloguera


Mientras tanto, al menos con la situación actual, seguiré con el blog, aunque para ese tipo de entradas que quedan eternamente en stand-by...la única opción que veo es Ko-Fi. Como ya he dicho alguna vez, es como Patreon, pero esta no se queda parte de las donaciones (eso ya lo hace Paypal). Aquí las donaciones se llaman "cafés", que tengo reducidas a 1€ para que sean más asequibles (inicialmente estaban a 3€, que es caro para un café). No hace falta suscribirse ni registrarse. ¿Qué un día quieres donar? Lo haces y listo. ¿Quieres hacerlo frecuentemente? Te haré la ola. El botón que está aquí abajo o el de la columna lateral te lo permiten. Yo por supuesto te lo agradeceré y cumpliré según lo donado. La constancia mostrada durante años da fe de que no abandono los proyectos.


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