Una escapada ‘a tiro de piedra’ en pueblos con encanto

Si eres de los que no has podido o decidido salir de vacaciones este año por la caótica situación actual (yo la llamo la nueva anormalidad), pero no te resignas a estar encerrado en la ciudad, te recomendamos un escapada a pueblos con encanto del interior de España.

Para huir de las altas temperaturas y disfrutar de una jornada -o jornadas- algo más frescas, una muy buena opción pueden ser los pueblos de la sierra de Madrid, o de las provincias limítrofes a nuestra Comunidad de Madrid. Os recomendamos cinco pueblos para visitar, el más lejano a dos horas en coche, que tanto podrán ser salidas de un día como de fin de semana.

Rascafría, al noroeste de la Comunidad de Madrid

Esta localidad no podía faltar en nuestra recomendación, ya que es uno de los pueblos más bonitos de Madrid sin lugar a dudas, una de las mejores opciones para disfrutar de la Sierra Norte, ya que está ubicado en un paraje natural único, situado a 84 kilómetros de la capital. Este año ha sido uno de los pueblos con encanto finalista de entre más de 200 para ser nombrada ' Capital del Turismo Rural 2020 ', aunque finalmente la localidad de Potes en Cantabria recibió este galardón.

Rascafría es perfecto si quieres relajarte en un entorno natural y además hacer algunas visitas culturales interesantes. Uno de sus monumentos más importantes es el Monasterio de El Paular, del siglo XIV y con uno de los patios más bellos de Europa dentro de su estilo. Además, hay que ver el Puente del Perdón, del siglo XVIII.

La naturaleza de Rascafría te enamorará y te sorprenderá, ya que sin salir de Madrid puedes disfrutar del Bosque de Finlandia, un paraje de ensueño con un embarcadero de madera en el que podrás relajarte. Ojo, el cochinillo y el cordero de la zona los preparan de miedo en los restaurantes de la zona.

Patones de Arriba: como en los años 60

Patones, uno de los más bonitos pueblos medievales de la Comunidad de Madrid

No hay duda de que se trata de otro de los pueblos estrella de la sierra en la Comunidad de Madrid. Quienes lo hemos visitado -y más de una vez- damos fe de ello. En realidad se trata de una población divida en dos: Patones de Abajo -más habitado y con más servicios- y Patones de Arriba. Está a menos de 70 kilómetros de la capital y es una encantadora aldea con casas de pizarra, calles empedradas y balcones con flores. Se mantiene -con muchos cuidados por medio- como en la década de los 60, cuando su población comenzó a trasladarse a Patones de Abajo. Sus bellísimos paisajes, con senderos para realizar con los peques, y una excelente gastronomía, hacen este lugar único.

Una vez en el pueblo, tras pasear por sus calles y curiosear en las tiendas de artesanía y productos locales, os proponemos que visitéis El Pontón de la Oliva -a poco más de 5 kilómetros-, una pequeña excursión que merece la pena. Desde esta presa se pueden realizar varias rutas de senderismo que no presentan dificultad y si los más jóvenes de la familia no son muy chiquititos os podéis acercar a las Cárcavas, un espectacular paisaje desértico con cortes en las montañas provocados por la erosión de la lluvia. También, a los pies de la presa, podéis realizar un picnic -¡ojo!, insistimos una vez más, sin fuego-.