Poco a poco, el sol se va escondiendo y la luz del día, va dejando paso a las protagonistas de la noche.
Las estrellas, que de manera vergonzosa, van saliendo de entre las nubes, cada una en su sitio, vecinas de otras tantas y todas adorando a quien es su reina, la Luna.
Soy una estrella, de las que cada noche tu ves desde tu ventana. Pero no te creas eso de que estamos estáticas en nuestro lugar, ¡es mentira!
Yo me deslizo como una suave pluma entre mis amigas y voy inspeccionando el terreno, por eso más de una vez me he llevado una regañina por parte de la gran Luna, ella dice que todo tiene que estar en armonía, que ¿Qué pasaría si una noche tu te asomaras a la ventana y te dieras cuenta de que yo no estoy en mi lugar? ¿Qué pasaría si hiciésemos todas lo mismo?
Por eso hay veces que se enfada conmigo y me pone una nube delante para que en esa noche nadie pueda observarme, cuando ella sabe perfectamente que lo que más nos gusta es que nos admiréis y nos pidáis deseos que muchas veces, la mayoría, no podemos cumplir, pero que os hace felices pensar que pudiese ser que….
Pero no lo puedo remediar, hay veces que me invade una curiosidad extrema de explorar el universo, y hasta alguna vez, siempre que puedo y Luna esta absorta en alumbrar a los enamorados para que su noche sea verdaderamente diferente y especial, me desplazo muy, muy deprisa y bajo muy cerca de donde estáis vosotros, ¡ Es fantástico! Me pongo delante de vuestras casas y observo como os comportáis, tan iguales y….tan diferentes.
Hago compañía a esa persona que se encuentra sola, y mira una y mil veces al cielo en busca de alguien que escuche su silencio.
Miro a los enamorados como se dedican miradas de amor infinito y se recorren el cuerpo con sus manos, casi puedo notar su piel en mi.
Guardo el sueño de los bebes, que duermen placidamente en sus cunitas, me encanta mirar como su pecho sube y baja lentamente y de vez en cuando una sonrisa aparece en sus boquitas, síntoma del placentero sueño.
Me gusta acompañar a esas personas que están encamadas por una enfermedad y como única esperanza lanzan sus suspiros y anhelos al cielo, entonces mi luz se hace más brillante para que sepa que estoy allí, para que sepa que no está solo y que yo le haré compañía hasta que sus ojos se cierren.
Pero hay veces que me pongo delante de una ventana en la que la discordia, las discusiones y hasta algún que otro golpe se escapa. Entonces mi luz comienza a disminuir y mi energía a flaquear, solo me quedan fuerzas para de un fuerte golpe llegar de nuevo a mi sitio. Cuando llego no puedo evitar que pequeñas gotitas de mi se hayan quedado en el jardín de la última casa que visité, es como si pudiese llorar y mis lagrimas se quedaran allí en forma de protesta.
Luna dice que soy muy rebelde, pero yo solo ME SALGO DEL SISTEMA