Una familia no tan feliz, de Shari Lapena

T.O.: Not a Happy Family, 2021

Traducción: Jesús de la Torre

Sheila y Fred Merton aparecen asesinados en su mansión, siendo sus tres hijos, y herederos (Catherine, Jenna y Dan), los principales sospechosos del doble crimen.

Una familia no tan feliz, está redactada en tercera persona y presente, quizá con la finalidad de dar una sensación de inmediatez, en absoluto conseguida. De vez en cuando aparece, en medio de un párrafo, alguna frase en pasado que llama la atención por no venir a cuento, tal vez debido a falta de revisión profunda.

La historia que se relata es sencilla y básica: una pareja asesinada y toda su familia sospechosa, desde los hijos, a la hermana del difunto e, incluso, la que fuera niñera de los niños. La novela avanza mediante capítulos bastante breves, saltando de un personaje a otro, incluidos los policías que "investigan" el caso, las parejas de Catherine y Dan, y alguno más.

Hay quienes claman su inocencia, incluso cuando se les pilla mintiendo, responden a interrogatorios sosos y superficiales, se enteran de quién va a heredar y cuánto, o no, sospechan entre sí, con la satisfacción de que la culpa recaiga en otro, se descubren sus miserias y, por fin, en un capítulo explicativo, la autora relata quién asesinó a Sheila y Fred, por si quedaba alguna duda.

Aunque pueda parecer que los personajes están dotados de personalidad y profundidad, no es así. Lamentablemente, resulta imposible empatizar o identificarse con ninguno de ellos, algo que contribuiría a dotar de atractivo e interés la novela. Son simplemente el recurso de la autora para avanzar en un misterio que, por cómo está escrita la obra, es imposible resolver antes de que ella decida contarlo. De la forma más torpe posible.

Como conclusión, se incluye un capítulo, en cursiva, el último, que muestra a Sheila abriendo la puerta a la persona que la va a asesinar y reconociendo su identidad, sin comunicarla, cuya única utilidad parece ser la de proporcionar cierto detalle. Curiosamente, lo mejor es el epílogo, y no solo porque signifique que ya se acaba la lectura, sino por lo que sugiere.

En resumen, Una familia no tan feliz es una novela correctamente redactada, con cierto oficio (la brevedad de los capítulos y las relativas sorpresas hacen que se lea con rapidez), convencional, que no aporta nada al género. Quizá no sea bueno leer deseando que, al final, se descubra que todos los personajes (excepto, quizá, dos), sean culpables (y que acaben en la cárcel, y sin herencia, claro), y que hasta ese deseo se vea frustrado...

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