Una flor se abre al universo
su cuerpo flexible y verde,
se alza para ser libada con fruicion.
Tocada por el amor
entra danzando en los ojos de peregrinos.
Su color no tiene dueño,
la posee la belleza.
Su olor es una promesa que exalta
y la hace apetecible.
Si es cortada,
su amor se marchita
y la copa se vacia de golpe.
A veces alguna
recuerda el manantial
y sonriendo
se deshoja
* Amy Judd - Londres Inglaterra