Una forma nueva (y más aterrizada) de ver la religión

Sé que por lo general este espacio lo ocupo para informarles sobre temas que me interesan, en forma de noticias. Especialmente sobre futbol y otros deportes. Pero la ocasión amerita hablar de un tema controversial y al que por lo general veo con ojos muy críticos: la religión.

En una materia de la universidad (que básicamente trató sobre las tradiciones religiosas) me pidieron mostrar lo que fue más importante para mí del curso, y yo creo que fue precisamente el enfoque del curso mismo. Dejar de ver a la religión (a la que en Occidente muchas veces generalizamos erróneamente como la Iglesia católica) como una organización multimillonaria que tiene a un representante máximo -que vive en las condiciones más cómodas y lujosas- y a sus fieles/contribuyentes que basan su vida en Dios, y en lo que éste decida para ellos.

Durante junio no sólo conocí gracias a mis compañeros más sobre las tradiciones judías, musulmanas, cristianas e incluso budistas, sino que además vi a la religión de una manera distinta: como algo más terrenal, personal y pensado como una forma de vivir, más que como una forma de prepararse para la muerte y el encuentro con Dios (otro de los puntos en los que generalmente nos enfocamos).

El diálogo interreligioso representado por el Parlamento de las Religiones, que fomenta la tolerancia entre las distintas creencias, las similitudes entre religiones (denle una checadita a la historia del Islam, que comparte a varios “personajes” con el catolicismo, por ejemplo, aunque muchos vean a ambas religiones como totalmente antagónicas), y una nueva visión que se busca impulsar, como es la responsabilidad que tienen las religiones de fomentar el cuidado del planeta. Son algunos de los puntos que podría destacar sobre lo revisado en el último mes.

Curiosamente, en esta última semana el “zapping” me llevó a ver un pedazo de la entrevista que le hizo Televisa al Papa Francisco, y aunque mi postura hacia la televisora es de total escepticismo (y más cuando se trata de temas como la religión o la política), me llamó la atención lo que el máximo representante de la Iglesia católica pudiera decir, en parte interesado por la discusión diaria sobre el tema en mi universidad.

Para mi sorpresa, las respuestas del Papa fueron muy “humanas”. En ningún momento dio la impresión de que pretendiera cambiar al mundo desde su posición (que se entiende que es unos cuantos escalones más arriba que los “simples mortales”, no sólo por su preparación, sino por sus comodidades y lujos a los que tiene acceso), sino que pareció estar más enfocado en lograr los pequeños cambios que se pueden hacer día con día, con los pies plantados en el suelo.

“Espero que se acuerden de mí y digan ‘este Papa no lo hizo tan mal’”, fue la respuesta que más me gustó. Sabedor de que es un hombre más y la perfección no está a su alcance, Francisco prefirió dar una respuesta humilde, junto con otras que me llamaron la atención, como la crítica al sistema económico actual (ojo con esto). Respuestas que llaman la atención.

Sin duda éste fue un mes en el que vi a la religión de una forma aún más neutral (a diferencia de hace varios años, cuando mi postura fue totalmente crítica y escéptica). Últimamente me he dedicado a ver más a la religión y a las distintas tradiciones como un objeto de estudio al que se puede abordar desde distintos ángulos, y no sólo con un enfoque espiritual, y la materia de la universidad que menciono me ayudó aún más a reforzar esta tendencia.

Como ya dije: chequen un poco sobre la historia del Islam (la religión que en lo personal más me fascina desde que casi por azar compré una revista con su historia), sobre el Parlamento de las Religiones, y presten un poco de atención a lo que dice el Papa actual. Puede que se lleven varias sorpresas, sea cual sea su postura hacia la Iglesia.