El palacio de Chambord es uno de los erróneamente llamados castillos del Loira. El error proviene de una mala traducción de la palabra francesa château. No obstante, es obvio que no se trata de fortalezas militares, sino de residencias palaciegas. El de Chambord es posiblemente el más conocido, todo un símbolo grandioso del esplendor de la monarquía francesa. Fue construido a partir de 1519 por el rey Francisco I, nefasto monarca en lo político (perdió las cuatro guerras que emprendió contra el Imperio Español y hasta estuvo preso en Madrid), pero gran mecenas renacentista. A él debe Francia numerosas obras de Leonardo da Vinci, a quien contrató y quien se dice que pudo participar en el proyecto de este palacio y sobre todo de la grandiosa escalera principal. Sin embargo, el rey nunca lo vio terminado y apenas pasó en él 72 días.
Además de Francisco I, entre otros personajes ilustres, en Chambord habitaron su hijo Enrique II; Luis XIV, el Rey Sol; Estanislao I Leszczynski, rey exiliado de Polonia y suegro de Luis XV; y el conde de Chambord, nieto de Carlos X. Éste último fue propietario del palacio entre 1821 y 1883, pero sólo pasó en él ¡3 días! Este personaje es recordado por ser la última persona a quien se le ofreció la corona de Francia, pero el muy bobo la rechazó por negarse a aceptar la bandera tricolor, por lo que se proclamó la República (que dura hasta hoy). Imaginamos que los monárquicos franceses se tiran de los pelos cuando se les habla del conde de Chambord... Desde 1930 el palacio pertenece al Estado.
Ver Palacio de Chambord (Francia) en un mapa más grandeConcebido inicialmente como pabellón de caza, Chambord es de todo punto desmesurado: 156 metros de longitud, 56 de altura, 77 escaleras, 282 chimeneas y 426 aposentos. Sin embargo, a pesar de sus colosales dimensiones, su silueta está llena de gracia y equilibrio renacentista. Tiene forma rectangular con torreones en las esquinas, un patio interior y un cuerpo central cuyo eje es la celebérrima escalera, que en realidad son dos que giran a modo de tornillo alrededor de un núcleo central hueco, de modo que dos personas que vayan una por cada vuelo nunca se cruzarán. Toda una genialidad. Se visitan los aposentos de los diferentes reyes que aquí habitaron, los aposentos de la reina (separados de los del rey), los aposentos de ceremonia y el museo dedicado al conde de Chambord, todos ellos decorados al gusto de las diferentes épocas. Cuenta también con una colección de carruajes construidos para el fallido pretendiente y que nunca se llegaron a utilizar. En su interior abundan los relieves decorativos con el motivo de la salamandra, símbolo de Francisco I. Por último, es obligado salir a la terraza superior, entre un auténtico bosque de chimeneas, que ofrece las mejores vistas sobre el conjunto.Alrededor del palacio de Chambord se extiende el mayor parque forestal cercado de Europa, pues es un coto nacional de caza de 5.440 hectáreas que alberga numerosos animales en libertad (incluyendo jabalíes y ciervos) y está rodeado por un muro de 32 quilómetros. Texto y foto © LAGARTO ROJO Permitida su reproducción siempre que se cite su procedencia.
Para más información:
http://www.chambord.org/Chambord-es-idm-1-n-Accueil.html
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