Revista Coaching

Una frase que puede cambiarlo todo en cualquier conflicto

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Una frase que puede cambiarlo todo en cualquier conflicto

Cuando sentimos algún tipo de decepción en una relación de pareja, las dudas tienden a hacer acto de presencia y no de la mejor manera. Incluso, es posible que esa decepción tenga más que ver con nuestra propia percepción (lo que interpretamos de un hecho hecho) y el estado emocional que estemos atravesando en ese momento. Sin embargo, cuando las cosas no salen como estaban previstas, o no son como esperábamos, surge una especie de desilusión; sentimos como que algo falla y la preocupación generada por esa situación hace que intentemos recuperar el control o la normalidad de la relación.

Pero el modo de retomar el control (o más bien, de buscar la solución) es un factor clave, ya que aunque las intenciones puedan ser buenas, a veces la forma provoca el efecto contrario. Por ejemplo, muchas personas culpan a su pareja de algo con la intención de que reaccione o cambie algo. Es como un mecanismo defensivo que se activa de forma automática, pero esa reacción es precisamente la forma incorrecta y la que más puede dañar una relación.

1. Utilizar la culpa en cualquier conflicto trae consigo unas consecuencias nefastas

La culpa nunca aporta nada, sino todo lo contrario. Culpar a la pareja (o a cualquier persona con la que tengas un conflicto) tan solo la puede alejar, hace que tome una actitud defensiva y se desconecte, lo cual creará una mayor distancia. Sobre todo, cuando culpar se convierte en algo repetitivo, es un arma que hace daño y esa pequeña herida puede hacerse mucho mayor.

La culpa está alimentada por el miedo, no por el amor; la culpa aumenta la incomprensión. Así que ¿cuál es la alternativa para mejorar la comunicación? La alternativa y lo que realmente todos necesitamos en una relación y en la vida es un mayor grado de comprensión. Cuando no nos tratamos con tacto y compasión, lo que estamos haciendo -aunque no nos demos cuenta- es imponer nuestro punto de vista, utilizando la culpa para sentirse superior o como amenaza.

2. ¿Cuál es la mejor manera para comunicarse o trasladar ese sentimiento de frustración?

Nada mejor que abrirse y expresar las emociones y lo que estás sintiendo, pero con tacto, compasión y comprensión. Para ello hay una fórmula o una frase inicial que puede cambiarlo todo, y ese balsámica frase inicial es la historia que me estoy contando es....

Cuando inicias una conversación desde ahí, no estás culpando, sino expresando cómo te sientes; estás comunicando cómo algo te ha hecho sentir, cómo lo has interpretado y cómo esa historia que te estás contando (que puede que sea algo de tu imaginación) te está haciendo sentir.

Cuando expresar tus sentimientos desde ahí, procurando ayudar a la otra persona a comprender tus emociones, lo que estás viviendo en tu interior, la reacción es justo la opuesta de cuando culpamos: en vez de alejarse y ponerse a la defensiva, la otra persona se acerca porque le habrás ayudado a darse cuenta el por qué del problema y de tus sentimientos.

Una relación se fortalece y se une cuando se mejora la comunicación; cuando en vez de pretender tener razón, con cariño se busca la comprensión (que es lo que todos necesitamos). Y piénsalo: a veces no nos comprendemos ni a nosotros mismos, ni tampoco es fácil que nos comprendan.

Así que empieza por la historia que me estoy contando es... y entonces será una mejor historia.

Fuente: https://javieririondo.es/2018/02/11/la-culpa/

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