Este desalentador escenario hace que ya se llame la "generación perdida" al grupo de jóvenes desanimados que, después de una larga y frustrada búsqueda de empleo, se excluye del mundo laboral.. Es probable que la tendencia empeore con la incorporación de nuevos jóvenes preparados para el trabajo, sean rechazados por el mercado laboral y engrosen las filas de los desempleados. En resumen, es la aportación de la crisis mundial a las economías desarrolladas, y en algunas emergentes, en términos de aumento del desempleo y de riesgos sociales asociados con la inactividad prolongada. La crisis se traduce en menor cantidad de horas trabajadas y en reducción de salarios para los pocos que pueden mantener un empleo formal. El resultado es que el círculo de la pobreza laboral persistirá, al menos, otra generación. No deja de ser preocupante.
Tomada de almamagazine.com
Escribo todo esto porque en la Unión Europea el desempleo juvenil ha aumentado en un 4,6% desde el año pasado y ha sido peor en países como España y Reino Unido. A pesar de que "no hay recetas mágicas" para superar este problema, la OIT recomienda a los gobiernos que no dejen de invertir en educación, que generen políticas de inserción laboral para los jóvenes y que evalúen las estrategias que hagan frente a su desventaja laboral, así como impulsar programas que combinen políticas educativas y laborales. Su sentencia es: "Los jóvenes son el motor del desarrollo económico, desaprovechar este potencial es un desperdicio que puede menoscabar la estabilidad social".Yo no soy pesimista aunque no veo una solución a corto plazo con la política y los políticos de este país. Las crisis obligan a buscar soluciones nuevas a viejos problemas y a engrasar lo agarrotado; el problema esta en "los pensadores" cuya máxima aspiración es ganar votos para mantenerse en el cargo con sus chollos. En realidad, ellos han sido la generación perdida, por su incapacidad, aunque las consecuencias las están pagando otros.