La que veis es la casa de la estilista de moda Sofia Ragnwald Odier, el fotógrafo de moda Nils Odier y sus dos hijos, Lou y Uma. Aunque trabajan en Nueva York y Los Angeles, un día decidieron abandonar la ciudad y ofrecerle a sus hijos algo más que un balcón y un patio en su apartamento de Estocolmo. Fue así como comenzaron a buscar edificios que se pudieran convertir en vivienda, acabando en una antigua granja cerrada de 350 m2 con casa de huéspedes y caballerizas situada a 5 km del mar, en las afueras de Skivarp en Skåne.
Se trata de una casa en blanco y negro donde los objetos son protagonistas. La cocina es de madera de teca, fue adquirida en una subasta. La casa está decorada al estilo nórdico, mezclando piezas clásicas con contemporáneas que destacan sobre los fondos blancos o negros. Si buscáis inspiración no os perdáis detalle de cada rincón.
La casa está decorada con fotografías vanguardistas. Muchos de los amigos de la pareja son creadores, por lo que se cambia habitualmente el arte de las paredes. Sillas dispares rodean la mesa de madera coronada por varias lámparas con estructura de diamante.
Parece un rincón estupendo para leer, escuchar música o para observar el atardecer.
Genial idea y muy efectista la de la pintura blanca chorreando por la pared negra. Objetos muy elegidos como un antiguo flexo, una orma de zapato, sombreros, zapatos y lo que parece una mochila, todos expuestos en una estantería de rejilla metálica.
El baño con un suelo hexagonal en negro y la pared con un alicatado cuadrado en blanco con lechada negra. Un espacio moderno y atemporal.
Son espacios que cuentan secretos de quién los habita, nuestra vida está escrita en los objetos que albergamos en el hogar. Hay casas que desprenden personalidad con cada cuadro, cada lámpara, cada libro y ésta, sin duda es una de ellas.
Vía: Residencemagazine.se
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