Recientemente, el escritor Mario Vargas Llosa publicó un artículo titulado "El otro estado", en el cual argumentaba a favor de la legalización de las drogas ilícitas, en base al fracaso reiterado de la lucha contra las mismas, que no ha tenido más logro que incrementar el poder del narcotráfico. Tema nada nuevo en realidad, pero que de todos modos genera polémica y exacerba los ánimos cada vez que es puesto sobre el tapete. No es el objetivo de esta breve entrada analizar los pros y contras de tal medida, ya bastante se ha escrito sobre el tema. Nos limitaremos solamente a recordar que las ahora sustancias criminalizadas, fueron alguna vez de uso difundido y aceptado plenamente. Más allá de lo que ahora podríamos imaginar.
Tabletas de cocaína con mentol (1900). "Calma instantáneamente los males de la garganta, tos, ronquera, etc. Restituye las cuerdas vocales, su flexibilidad y elasticidad. Indispensable para cantantes, profesores y oradores". Y hace hablar más de la cuenta, faltó añadir.
Vino de coca Metcalf. "Para la fatiga de la mente y del cuerpo ... Recomendado para neuralgia, cansancio, desaliento, etc. ... Un agradable tónico e irrigador". Bien agradable, sin duda.
Vino Mariani. Creado en 1863 por Angelo Mariani, se enorgullecía de contar como ingrediente la "coca del Perú", para proporcionar a sus entusiastas consumidores "salud, fuerza, energía y vitalidad", además de combatir la fatiga, "especialmente luego de la influenza" (¿inclusive la porcina?). Recomendada por "Su Santidad el Papa" León XIII, quien le otorgó una medalla de oro a Angelo Mariani. Amén.
Ni los niños se salvaban de los prodigios del alcaloide del Erythroxylon coca, administrado en gotitas que otorgaban una "cura instantánea" para la odontalgia (1885). Y por sólo 15 centavos.
No debería sorprendernos tanta acogida. La cocaína actúa a nivel cerebral bloqueando la recaptación -y por lo tanto aumentando la disponibilidad- de neurotransmisores tales como la dopamina y la noradrenalina, el primero de ellos asociado a los circuitos neuronales del placer.
Jarabe Víctor. Producto específicamente pediátrico, tenía como principio activo la marihuana (Cannabis sativa), con una posología muy estricta: "Para niños de dos días de nacidos, 1 gota; un mes, 5 a 10 gotas; tres meses, 10 a 16 gotas; 6 meses, 16 a 25 gotas; uno o más años de edad, 1 cucharadita de té; personas mayores pueden incrementar la dosis proporcionalmente".
Licor Montecristo de Haschisch. Elaborado ininterrumpidamente por Salvador Costa desde 1897 hasta 1976, sin prohibición alguna, pese a contener al reverso explícitamente la siguiente información: "Las propiedades de este licor se deducen de las siguientes aseveraciones científicas: EL HASCHISCH calma inmediatamente los dolores que producen los alimentos en el estómago en estado de irritabilidad extremada (G. Sée.) EL HASCHISCH es el verdadero sedante del estómago (Manquat, tomo II, página 486.) EL HASCHISCH exalta la tendencia a las ideas favoritas de cada cual (id., id., página 485.) EL HASCHISCH produce una especie de ensueño por lo común sumamente agradable en que el sujeto hállase como transportado a un mundo ideal, borrándose en su memoria las ideas de espacio y de tiempo. Después sobreviene un éxtasis voluptuoso que no tiene nada de cínico, al que sigue una languidez deliciosa (Trouseau y Padoux, tomo III, página 108.) La Cuasía es un aperitivo, un estomáquico y por consiguiente un tónico. Produce un aumento muy rápido del apetito y desarrollo manifiesto de las fuerzas: digestión completa de los alimentos y posibilidades de entregarse al trabajo por más tiempo y sin fatiga (Manquat, tomo I, páginas 640 y 641.) Como se deduce de lo anteriores hechos científicos, el licor fabricado por SALVADOR COSTA, a pequeñas dosis (de una a cuatro copas), calma rápidamente y con seguridad los dolores de estómago y ayuda a la digestión. Bebido en gran cantidad llega a producir una dulce embriaguez no peligrosa, descrita magistralmente por Trouseau en su Terapéutica. La embriaguez del HASCHISCH se disipa rápidamente con zumo de limón. MARCA REGISTRADA Casa fundada en 1897Fábrica y Despacho: Real de Madrid, 34-38, Albal (VALENCIA)." (Fuente: http://perso.wanadoo.es/jcuso/drogas-medicamentos/cannabis.htm)
Cigarros indios de Cannabis Indica, de Grimault y Cª (1870). Para la "opresión, asma, ronquera, sofocación". Quién podría dudar de tan convincente información: "Todos los remedios preconizados hasta hoy para combatir el asma, no han sido más que paliativos, más o menos calmantes, con base de belladona, de estramonio o de opio. Recientes experimentos hechos en Alemania y repetidos en Francia y en Inglaterra han probado que el cáñamo índico de Bengala posee notables propiedades para combatir con éxito seguro, no sólo esa terrible enfermedad, sino también la tos nerviosa, la insomnia, la tisis laríngea, la ronquera, la extinción de voz y las neuralgias faciales". (Fuente: http://perso.wanadoo.es/jcuso/drogas-medicamentos/cannabis.htm)
Fuente: http://www.scribd.com/doc/19294562/Cannabis
El mecanismo de acción de los cannabinoides y de los endocannabinoides es complejo e involucra a varios neurotransmisores, tales como la dopamina, la serotonina, el ácido gammaaminobutírico, el glutamato y los péptidos opioides.
Vapor Ol. Tratamiento para el asma, con alcohol y opio como ingredientes. Ningún bronquio se resistía.
Paregoric. 46 % de alcohol y 1 8/10 granos de opio, para esos bebes rebeldes que con su llanto impertinente, impedían a sus padres entregarse a los brazos de Morfeo (o de cualquier otro). Con la dosis incluida: "Cinco días de edad, 5 gotas. Dos semanas de edad, 8 gotas. Cinco años de edad, 25 gotas. Adultos, 1 cucharadita de té".
Jarabe Bayer de heroína. Comercializado entre 1890 y 1912, "en la tos fuerte". El niño de la izquierda parece estar diciendo "¡madre, quiero mi heroína!. Para exclamar luego agradecido: "mi catarro ha desaparecido" (y algo nuevo ha aparecido). Qué tiempos aquéllos. (Fuente: http://perso.wanadoo.es/jcuso/drogas-medicamentos/heroina-jarabe-bayer.htm).
Glyco-Heroína Smith. Para la "tos, bronquitis, tisis, asma, laringitis, neumonía y tos ferina". Toda una panacea respiratoria.
Tanto los opiáceos (alcaloides del opio), como los opioides sintéticos y los opioides endógenos, actúan a través de receptores específicos, relacionados también con los circuitos neuronales del placer y del dolor. Es justamente el efecto analgésico, además del antitusígeno, lo que hizo a los opioides tan populares contra las dolencias respiratorias.
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¿Y el alcohol? Desde tiempos inmemoriales se conocen sus efectos deletéreos, tanto de la intoxicación como de su uso crónico. Según la OMS (2004), existen 76 millones de personas en el mundo con problemas por alcohol, siendo esta sustancia la causa del 20-30% de todos los casos de cáncer de esófago, cáncer hepático, cirrosis hepática, convulsiones, homicidios y accidentes de tránsito en todo el mundo, y responsable de 1.8 millones de muertes/año. El Estudio Epidemiológico de Salud Mental del INSM encontró en Lima (Perú) una prevalencia anual de abuso / dependencia alcohólica del 5.3% (comparado con 0.4 para cocaína y 0.15% para marihuana); en Ayacucho, el porcentaje de abuso / dependencia alcohólica llega hasta 15%.
Pero claro, ante la descomunal y sugestiva propaganda de las cerveceras, ¿a quién se le ocurriría hablar siquiera de restricciones? Definitivamente, la guerra contra las drogas no va por ahí.