Hace tres años que el marido de Annie Roland murió en un accidente de coche y desde entonces ha interpretado a la perfección el papel de la viuda afligida. Pero Annie también esconde un secreto inconfesable: aquella noche descubrió que Johnny tenía una amante y pretendía divorciarse de ella, y todavía no lo ha superado. Hizo muchos sacrificios por él, incluso aceptar mudarse a París... Vivir en la ciudad del amor no es tan emocionante cuando te sientes una extraña.Aunque París nunca ha sido su hogar, es el de sus hijos y por ese motivo Annie decidió quedarse en la ciudad. La casa que compró con Johnny es demasiado grande, pero alberga recuerdos maravillosos y, a pesar de las dificultades económicas, no puede desprenderse de ella. Por pura necesidad, emprende un proyecto que le entusiasma: alquilar habitaciones a mujeres estadounidenses que, como ella, quieren empezar de nuevo. Para su sorpresa, Annie se encariñará con sus inquilinas, Lola y Althea, y entre ellas nacerá una profunda amistad. Tal vez, con la ayuda de todas, logren esa segunda oportunidad.Debolsillo, Julio 2015 / 352Pág. / 12.95€Annie Roland es una estadounidense que abandonó a su familia y un futuro prometedor para seguir al que sería su marido a París. Allí se olvidó de sus aspiraciones y se convirtió en la perfecta ama de casa, madre y esposa. Hasta que todo cambió. La novela comienza cuando Annie y Johnny salen a cenar, cuando Johnny confiesa su doble vida. Sin tiempo a reaccionar su marido muere en un accidente de tráfico y Annie se ve obligada a olvidarse de su propio dolor para cuidar de tres niños y una casa que se viene abajo. Las novelas de corte sentimental son una de mis debilidades. El argumento de Una habitación en París no es nada original pero la autora tiene un estilo fresco y sencillo que me ha atrapado por completo. La historia de Annie es dura, la iremos conociendo poco, y eso ha supuesto que se haya ido derrumbando en los tres años transcurridos desde la muerte de su marido. Nadie conoce la realidad, la rabia y el sentimiento de traición que siente cada vez que piensa en Johnny y en lo que le confesó poco antes de morir. Annie ha tenido que aprender a fingir que llora su pérdida y no su deslealtad. Junto a Annie estarán sus tres hijos de los que cuida incansablemente y la ayudan, sobre todo el mayor, a tomar decisiones importantes. Y Lucas, uno de los mejores amigos de su marido ha sido un apoyo incansable, la visita todos los días e intenta abrirle los ojos: la economía familia no se sostiene, debe vender la casa y mudarse a las afueras. Pero Annie se niega a ello, la casa es lo único que le queda, el último resquicio al que agarrarse para no caer en una depresión. Y un día ve la luz: alquilará habitaciones para poder salir económicamente del paso. Con dos condiciones: Sólo mujeres, sólo estadounidenses. Es así como entran en escena Lola y Althea. La primera es una ex modelo dedicada al cuidado de su agresivo marido y sus dos incontrolables hijos. La segunda una chica con desórdenes alimenticios y muy mala relación con sus padres. A medida que avanza la novela iremos conociendo un poco más la historia de cada una de las mujeres y como éstas se van desarrollando al lado de Annie que ejerce casi de una figura maternal con ellas. Ambas huyen a París buscando una vía de escape, una segunda oportunidad. El estilo de Corine Gantz, esta es su primera novela, me ha gustado mucho. Es sencillo, cuidado, pero al mismo tiempo fresco y particular. Los personajes que ha creado son muy distintos y complejos, todos tienen sus virtudes y sus defectos que la autora no duda en sacar a la luz a lo largo de todo el libro. No los mitifica y eso es algo que me ha encantado. A todos y cada uno de ellos los he detestado y entendido a partes iguales. Otro dato curioso es la forma en la que la protagonista se relaciona con París. He leído muchas novelas ambientadas en "la ciudad del amor" todas ellas mostrando la ciudad como una maravilla, una delicia. Sin embargo para Annie es un infierno, una cloaca gris y húmeda con demasiados pijos superficiales. Y es por ello que adora su pequeño palacio, su casa, tan alejada y tan cerca de ese mundo que odia. Una habitación en París une en un mismo espacio a tres mujeres radicalmente distintas pero que necesitan desesperadamente huir de su realidad, reconstruir su futuro y tener la esperanza de una segunda oportunidad. Una historia maravillosa que a mi particularmente me ha sorprendido. Una autora a la que seguirle la pista.