Revista Cultura y Ocio
Título: Una habitación propia
Autora: Virginia Woolf
Editorial: Seix Barral
Número de páginas: 192
ISBN: 9788432217890
Precio: 10 €
Puntuación: 7,5
En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer. Tenía ganas de leer a esta autora desde hacía mucho tiempo, y por fin me animé a hacerlo y ya de paso completar mi reto de este año de 5 autores clásicos que no hubiera leído antes.
En este ensayo, Virginia Woolf se mete de lleno en el tema de las mujeres y la novela. Bueno, decir que se mete de lleno tampoco es muy acertado, ya que el capítulo 1 -que tiene unas 40 páginas- es una introducción bastante tediosa sobre cómo se le ocurrió abordar el tema desde esa perspectiva, y cuáles fueron las primeras preguntas que se planteó para luego intentar resolverlas.
Me parece genial y muy interesante que la autora quiera contarnos cómo fue su experiencia a la hora de ponerse a escribir el ensayo, pero sinceramente, me importa un bledo si ese día comiste patatas fritas con pescado, tarta de postre y luego cenaste sopa y una manzana. Tampoco me interesa si te pusiste a divagar durante media hora mirando por la ventana sobre temas que nada tenían que ver con el propósito del libro.Vamos, que durante las primeras páginas me estaba aburriendo mortalmente y estaba como: ve al grano por favor.
Menos mal que, una vez que entramos en materia -las mujeres y la novela- todo empieza a ir mucho mejor.
El ensayo es un recorrido histórico y un análisis de por qué, por ejemplo, no hubo grandes mujeres poetas o novelistas en la época de Shakespeare. Fácil: no tenían independencia económica y el mundo no las dejaba escribir.
Así, Woolf va analizando la situación de la mujer a lo largo de la historia, poniéndonos ejemplos como los de Jane Auste o las hermanas Brontë, y las situaciones en las que tenían que escribir.
En realidad, no quiero deciros mucho más sobre el ensayo porque creo que tenéis que leerlo vosotros mismos. De hecho, creo que todo el mundo debería leerlo, independientemente de su sexo, edad o condición.
Una habitación propiaes un libro que recomiendo leer a todo el mundo, a pesar de la introducción que se me hizo muy cuesta arriba, pues me parece que trata un tema sobre el que todos deberíamos reflexionar.