Tras acabar en tablas las partidas de ajedrez de las elecciones del 20 de diciembre, quizás se convoquen otras el 26 de junio, o quizás los principales jugadores decidan llegar a algún acuerdo para repartirse el premio.
Cuando se consiguen confidencias de distintos dirigentes de los partidos implicados, tres homologables a los de las democracias europeas, PP, PSOE y Ciudadanos, y otro chavista y semifalangista, como es Podemos, se descubre que todo es posible, incluso que populares y socialistas se avengan a pactar bajo el patrocinio de Albert Rivera.
Aunque para negociar, como le dijo a este cronista un notable del PP, es imprescindible que el PSOE sustituya a Pedro Sánchez por alguien flexible y reflexivo: “Este tipo es un peligro para todos, incluido su partido”, dijo la fuente.
En el PSOE numerosos dirigentes temen que la ambición pedrosanchuna lo lleve a ceder, según le interese sólo a él, importantes responsabilidades del partido, como hizo ya prometiendo eliminar las diputaciones a demanda de Ciudadanos; también le entregaría parte del Estado a Podemos si le fuera favorable.
Pero para conceder la cabeza de Sánchez los socialistas quieren la de Rajoy, y en ese intercambio de reyes podría estar la próxima partida.
Tras los reyes, en el ajedrez están las reinas, y es casualidad que los nombres que serían más aceptables para los partidos y la opinión pública, sin elecciones gracias a un acuerdo de gran coalición, o con elecciones en junio, son los de dos mujeres, Soraya Sáenz de Santamaría, por el PP, y Susana Díaz, por el PSOE.
Es una hipótesis que circula por las altas instancias de los partidos más europeos y menos chavistas.
Hay más conjeturas, porque todos están desorientados, pero esta parece ser la más común.
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SALAS