Desde el tristemente célebre día 11 de marzo de 2004, venimos constatando los hechos. Desaparición de pruebas fundamentales de aquellos asesinatos, procesos del todo manipulados, culpabilización de terceros sin vinculación directa con aquel atentado, engaños constante al Gobierno, entonces en funciones, un paripé de comisión de investigación en el Congreso y más aún, el juicio con Bermúdez.
Es sabido que el PSOE negociaba ya con ETA y en paralelo firmaba el acuerdo con el Gobierno de Aznar contra el terrorismo.
Hemos asistido, posteriormente, al acoso de sedes del PP, de llamar asesinos y mentirosos al Gobierno legalmente constituido y quebrar la Ley Electoral haciendo manifestaciones tendenciosas el día de reflexión.
Igualmente, supimos de las negociaciones con ETA, inicialmente con el acuerdo del Parlamento, pero que fueron mucho más allá de lo legalmente permitido, dado que se trataba de negociaciones políticas y cesiones inaceptables del Estado de Derecho.
Se nos mintió reiteradamente tras el atentado de la T4 en Barajas, siguiendo con las negociaciones encubiertas, en las que se continúa.
Todo sigue un plan establecido y negociado, denominado “hoja de ruta”, para la reintroducción de ETA en las Instituciones. De ello nos advirtió en su día Mayor Oreja, al cual le dijeron de todo, menos bonito. Y vemos que Mayor Oreja tenía clara su predicción, confirmada por los hechos una y otra vez.
¿Porqué tanto interés del PSOE en negociar con la ETA?, ¿Qué le debe el PSOE a la ETA, que le lleva a traicionar a los españoles y sus víctimas?
Hay una hipótesis creíble. Desde 1931 el Partido Socialista tiene como objetivo irrenunciable la toma del poder al precio que sea necesario. Nada más hay que leer la historia de aquellos años para saber que ya en 1934 alentaron la revolución con el ánimo de iniciar la guerra civil y tomar el poder asentando un régimen de frente popular. Como todos sabemos, aquella aventura, no les salió bien.
Tras la muerte de Franco, llegó el momento de retomar la iniciativa y con la “Democracia” vieron las puertas abiertas para la toma del poder.
Ya con Felipe González, comenzaron los primeros movimientos para asentar las bases que les mantuvieran definitivamente y sin alternativas en al poder. Primero con la destrucción del sistema educativo, segundo con la infiltración de adeptos en las comisarías, tercero con la infiltración en el cuerpo jurídico, es decir, la Audiencia Nacional, Consejo General del Poder Judicial, Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional. Tomaron y manejaron todos los ámbitos de poder. Es más, como la Ley no les era conveniente, se la saltaron en el caso Gal, como caso más notable y conocido.
Durante aquellos años el Partido Popular se reconstruye y encuentra a un líder, José Mª Aznar. Para sorpresa del PSOE, esta alternativa se hace fuerte y gana al PSOE en las elecciones de 1996, haciendo una gran gestión de la situación y atrayendo a sus filas cientos de miles de afiliados y simpatizantes. Tanto es así que en el año 2000 gana nuevamente las elecciones por mayoría absoluta.
Desde entonces el PSOE se inquieta, y no sin razón, ya que la hegemonía del PP era cada día más evidente y fuerte.
¿Cómo podría el PSOE volver a tomar el poder? Entramos aquí en la teoría posible. Infiltrados todos los medios del poder por personas afines al PSOE, que los Gobiernos de Aznar no eliminaron en su momento, se planifica un Golpe de Estado encubierto. ¿Cómo? Simulando una represalia del mundo islamista contra la entrada de España en la guerra de Irak. Aprovechar este golpe para hacer aparecer al Gobierno en funciones como un mentiroso, desinformando a sus ministros mediante informes falseados, la eliminación de pruebas y la inculpación de unos moros que caen “inmolados” en un piso de Leganés, con lo cual, no queda testigo vivo.
Curiosamente, solo en 40 horas aparecen los moros “culpables”, curiosamente aparecen pruebas lejos del lugar de los crímenes, curiosamente, Iñaqui Gabilondo anuncia a aparición de unos suicidas en los trenes que jamás asistieron, curiosamente se acosan las sedes del PP en Madrid y otras ciudades, curiosamente desaparecen los trenes. Y así podríamos continuar con muchas más curiosidades.
Simplemente con analizar los hechos, encontramos multitud de incongruencias que jamás han sido investigadas ni juzgadas.
Así pues, en Marzo de 2004 el PSOE alcanza nuevamente el poder. Comienza la segunda fase de la hoja de ruta. Aparentar eliminar a ETA, pero mediante la entrada de ésta en las instituciones democráticas. Toda esta negociación está respaldada por las actas recientemente aparecidas y confirman todos estos movimientos del PSOE. Semantienen las detenciones para dar la apariencia de que el Gobierno sigue en la lucha sin cuartel contra ETA, pero simultáneamente se van acercando presos al País Vasco, se van liberando a históricos, como a De Juana Chaos y otros, y se afloja la presión de la Fiscalía en las condenas. Para llegar más adelante a una amnistía general, cuando las circunstancias sean propicias. Es decir, cuando se cierre el acuerdo y ETA anuncie su disolución, una vez alcanzados los objetivos de estar en las instituciones, dándole salida a esa estructura criminal.
La hoja de ruta ha de finalizar en 2012. Para entonces ETA ha de estar en las instituciones, el PSOE seguirá en el poder a cualquier precio, con la ayuda incondicional del PNV, que entra en las negociaciones, y del mundo independentista catalán. Ya hemos visto y vivido esta situación.
A groso modo y sin entrar en cada uno de los hechos que dan lugar a esta hipótesis, sería larguísimo de enumerarlos, podemos intuir que el 11 M fue un Golpe de Estado encubierto con la ayuda de ETA, poniendo como ejecutores a los islamistas muertos en Leganés. Esta es la razón por la que el PSOE apoya más al mundo de ETA que a las víctimas y es que le debe todo a ETA por los famosos vagones de aquellos atentados.
¿Y como vendrán las cosas ahora que ZP ha anunciado su marcha?. Eso en el siguiente capítulo.
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