La revista New England Journal of Medicine presenta una recolección de la evolución de la Pediatria en los últimos doscientos años que merece atención. Un timeline gráfico la resume, pero básicamente nos deja ver que de considerar la muerte infantil como una cosa habitual, en los últimos años que un niño fallezca en las sociedades occidentales es una rareza.
Entremedio las diferentes batallas libradas y ganadas de la lucha contra las enfermedades infecciosas, la malnutrición o las malformaciones congénitas y la prematuridad que hace 200 años hacían que casi un niño de cada 5 nacidos no llegase a cumplir su quinto cumpleaños. Un esfuerzo de participaciones múltiples y de progresos científicos de la biomedicina, que los pediatras pueden presumir con orgullo de haber sido los administradores de todos ellos. Los méritos son de muchos, pero los pediatras no vamos a renunciar a los que ha sido un claro protagonismo en la densa de la salud de los niños y, con ello, a los más importantes derechos del niño.
Margaret Kendrick Hostetter, la autora del artículo, lo titula: “Lo que no se ve”. Yo creo que se ve y mucho…
X. Allué (Editor)