Para Gloria, mi librera, obviamente.
Le he preguntado a mi librera:
- ¿Tendrán por allí «mujeres de ojos grandes» de Ángeles Mastretta?- No, me dice ella. Es una pena que hace mucho tiempo no nos llega.- Si, es verdad, le digo yo, sin saber si la pena es su ausencia o de alguna forma lo fue su presencia.
Y entonces ella, como si de un libro se tratara, dice: - Aquí estamos, mujeres de ojos pequeños. Ven.
Y con esa frase simple y dulce, cierra la última palabra de la última página, promesa al aire de una nueva historia por leer.
