Revista Opinión

Una historia de porno-venganza

Publicado el 01 junio 2018 por Carlosgu82

Los tiempos cambian y con ellos las generaciones; en mis tiempos por ejemplo no hablábamos de los ahora tan famosos nudes, de hecho tengo 28 años y no recuerdo que usáramos palabras anglosajonas para referirnos a cosas que bien podíamos decir en español. Con el asunto de los nudes veo cada día en Facebook tanto a chicas como a chicos pidiendo y ofreciendo uno de estas fotos tan cotizadas y parece algo de lo más normal. Según dicen muchas chicas, los nudes son una herramienta de conquista en la actualidad, es una tendencia pero ¿Qué pasa cuando las fotografías que envías son reenviadas a otros?

Hola, soy Hannah Baker y bienvenido a tu cinta.

Llega la hora de hacerte la víctima y buscar tus 13 razones de por qué otros son culpables de lo que te pasa. Es el caso de Leah Juliett Directora ejecutiva de La Marcha contra la venganza porno. Una chica que a los catorce años de edad cuenta ella, en la escuela un chico de su edad le pidió unas fotos desnuda y ella con las ganas de agradarle y ser popular se las envió; al final del día tal como le sucedió a Hannah, todos vieron las fulanas fotos pero Leah en lugar de grabar cintas se volvió gay… Drama típico del primer mundo.

Una historia de porno-venganza
Una historia de porno-venganza
Una historia de porno-venganza

Leah cuenta que ella creía que para subir de jerarquía social en la escuela el paso de las desnudas era necesario, en realidad nadie le dijo algo así a ella, solo se le ocurrió pero ahora que ya es una mujer acusa a todo el sexo masculino por haber pensado eso en su adolescencia. Ella misma cuenta que le habían enseñado en casa que cosas como esas eran inapropiadas, sin embargo después de meditarlo y como todo adolescente rebelde hizo lo que consideró mejor para el momento y pasó un mal rato de escuela como seguro han pasado muchos pero Leah se lo tomó de otra manera y terminó fundando una especie de movimiento en contra no de las nudes sino de que se reenvíen a terceros.

Leah ya había visto como otras jóvenes tenían problemas por haber enviado desnudos ya que estas fotos los gringos las cuelgan en páginas web para que todos las vean y las protagonistas pasen vergüenza. Estados Unidos es país desarrollado en términos de avances tecnológicos y prosperidad económica pero en lo que respecta a calidez humana y relaciones sociales es otra historia; lo cumbre es que cuando muchos latinos quieren imitar este país desarrollado, ni imitan los avances tecnológicos o la prosperidad económica sino las tendencias decadentes que solo hacen perjudicar la sociedad.

Una historia de porno-venganza
 ¿Le pedirías nudes?

Las fotos de niñas de catorce desnudas colgadas en internet son consideradas pornografía infantil, pero en este caso es pornografía producida por niños de la misma edad; en realidad son travesuras de muy mal gusto. Leah luego de esa cruda experiencia a tan temprana edad cayó en depresión por un tiempo, comenzó a sufrir ansiedad y por supuesto las ideas de suicidio que parecen ser parte de la educación norteamericana, lo cual me parece sumamente terrible. Es lamentable que en el país más poderosos del mundo sea tan fácil para los adolescentes quitarse la vida. La idea de Leah era no llegar a los 20.

Cuenta Leah que al entrar a la universidad se encontró con una foto de su amigo del instituto (el que le pidió las fotos) esta vez el chico salía en una noticia que decía que se había dado a la fuga después de haber transgredido sexualmente a una menor, en ese momento Leah comprendió que la porno venganza conduce a crímenes sexuales con practica física. Confiesa Leah que se sintió culpable por no haber hablado antes y haber quizás evitado que el jovencito se convirtiera en un depredador sexual. Desde ese momento Leah pensó que su voz y su pluma podían hacer algo al respecto así que convirtió el asunto de las nudes en una especie de causa comenzando por un poema que fue recitando por todo Connecticut mientras sentía que se vengaba del niño que mostró a todos sus fotos en aquellos días de escuela. Fue a Washington y recitó el poema en una competencia nacional de poesía donde también mostró su cartel que decía: Acabemos con la porno venganza, el cual sostuvo parada frente a la Casa Blanca y en toda su vida esa fue la primera vez que sintió que hacía algo por ella, lo que supongo que es normal cuando pasas tu juventud queriendo agradar a los demás.

Una historia de porno-venganza

De regreso a casa decidió fundar la Marcha contra la porno venganza que celebró por primera vez en el puente de Brooklyn en Abril de 2017. Seis meses después fue convocada por el alcalde de Nueva York Bill DeBlasio para convertirla en una herramienta política más del partido demócrata. Con esta reunión Leah consiguió representando a una minoría, cambiar leyes y convertir la llamada porno venganza en un crimen con multa hasta de mil dólares.

El éxito de Leah se encuentra en poder recordar siempre algún mal episodio de la secundaria que bien pudiste haber evitado, saber que solo los demás son responsables, armar un movimiento con un nombre bien chulo al estilo de la izquierda y dejar que un gobernante progresista te vea con un cartel en las manos para luego ir por el país sintiendo que cambias al mundo.


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