Revista Talentos

Una historia más entre dos...III Parte

Por Una Mochila Abierta
...Me llevo todos los recuerdos..-
Sucede a veces, que en una milésima de segundo, el ser humano bloquea el sentido de la razón para salvar el corazón...
Ella quedó impactada por aquellas frases tan directas y repentinas; por primera vez en los fugaces minutos de  tan extraña relación , no supo como actuar,sin duda ,aquello era toda una declaración de intenciones...
- Quiero comprar todos aquellos objetos que hicieron que ayer te volvieras hacia mí, que me mirases-.
Repitió nuevamente sin poder retirar su mirada de aquel jóven rostro.
- Sé que las cosas no se deben hacer así,que ahora mismo simplemente no sabes por qué el tiempo se ha congelado quedándote pegada junto a tu caja registradora. No sabes ni quien soy, ni por qué hago esto...no lo sabes,yo tampoco...Pero ¿ quieres tomar un café?, dame alguna excusa o motivo para poder comenzar...para que una mesa y dos sillas de un bar me haga entender el por qué necesito seguir mirándote durante  una tarde.-
Una tienda de antiguedades, una campanilla que anuncia la entrada de clientes por la puerta, un pasillo  se convierte en testigo principal y casual de sus historia.

Una historia más entre dos...III Parte

Foto: Jose M. Sieres

Un momento nada común donde ella dijo: Ana.-Me llamo Ana- Aunque poco más dijo.- Hola Ana.¿Me dejas invitarte a ese café?.No hace falta ir muy lejos y si aceptas te prometo que no vendré cada tarde a reclamarte en forma de botín aquella respuesta que libere a todo el batallón de infantería que hoy me llevaré secuestrado de tu pequeña tienda.
Una tienda de antiguedades, una camapanilla que sonó en la tarde para darle un sentido al tiempo y al espacio...a la necesidad de no ver en ocasiones que un simple momento es lo único que necesitamos para enamorarnos...Aún sin saber por qué, dirigiendo al suelo la vista, y con las manos sin saber que hacer con ellas, nerviosa, Ana fué tras su mostrador, cogió la rebeca, que Matías recordaba en la mañana, y pasó junto a él en el pasillo diciendo...- ¡ Vamos!¡No, no digas nada, porque no se que decir más...!¡Vamos...!Un café, una tarde, el hueco en el que ambos encontraron el principio de su propia historia...

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