Aquellos pacientes con una enfermedad crónica renal en etapa temprana son más propensos a morir si tienen niveles elevados de determinada hormona, según un nuevo descubrimiento.
La hormona endócrina llamada factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF-23) regula el metabolismo del fósforo en nuestro cuerpo. Ya era sabido que los niveles de FGF-23 aumentan cuando la función renal disminuye y que los niveles altos de esta hormona están asociados a un mayor riesgo de muerte en pacientes con fallas renales. Pero poco se sabía sobre cómo los niveles elevados de FGF-23 afectan los resultados de los pacientes en una etapa temprana de enfermedad renal crónica.
El estudio que se llevó a cabo tomó en cuenta a 3.879 pacientes con una enfermedad renal crónica temprana. Durante un seguimiento de tres años y medio, 266 de los pacientes murieron y 410 evolucionaron a una falla renal. Los investigadores hallaron que los niveles medio de FGF-23 eran mayores en aquellos pacientes que los que se habían mantenido relativamente estables.
Los pacientes con los mayores niveles de FGF-23 eran 4,3 veces más propensos a morir que aquellos con los niveles más bajos.
Los investigadores alegaron que se encontraron sorprendidos al descubrir que los niveles altos de FGF-23 estaban más fuertemente asociados a la muerte que otros factores, incluyendo enfermedades crónicas cardiovasculares y riesgos específicos de enfermedades renales como una reducción de la tasa de filtración glomerular y una proteinuria. Y, de hecho, aún se desconocen las razones de la relación entre niveles elevados de FGF-23 y el aumento del riesgo de muerte.