Afición es para mi aquello que me motiva, me emociona, me llama, por lo que disfruto, no me supone nada forzado y el mundo del costal lo es.
Suelo alejarme y mostrar indiferencia a radicalismos y formas extremas de pensamiento sea de la índole que sea, política, dialéctica, religiosa, en el deporte...; me incomodan los procederes que se salen de los términos del raciocinio y la mesura. Escapo de las absurdas disputas y del enaltecimiento exacerbado.
Yo voy a lo mío; y lo mío no es otra cosa que juntarme con mis amigos, trabajar en equipo, contribuir a que nuestra "sala de máquinas", como suelo decir, funcione y cómo no, a que cada momento ahí debajo sea inolvidable y sume para el libro de los recuerdos. Y puedo decir que este libro ya cuenta las pastas corroídas por el tiempo. Serán 27 años, si Dios quiere, los que tengo la inmensa dicha de pertenecer a esta cuadrilla de costaleros.
Y para este post, he elegido una imagen muy representativa. Mi cuñado Manolo, capataz admirado, respetado y más que consolidado pese a su juventud, que lo es de, la considerada, por entendidos y los no tanto, como la mejor cuadrilla, iguala a dos costaleros también representativos. Mi hermano suma 26 años de costalero y Eugenio 30, ahí es nada.
Una igualá lo empieza todo, un abrazo emocionado lo finaliza.