Como conclusión los autores apuntan a que es necesario que estén claros los criterios diagnósticos del TDAH y las pautas a seguir para llegar a su diagnóstico; se presentan propuestas que potencian el proceso de evaluación que permita individualizar el tratamiento como por ejemplo:
- Que los casos que implican déficit de atención supongan entidades clínicas diferentes de aquellos otros que no implican déficit de atención, con bases etiológicas diferentes, y haya que diagnosticarlos con instrumentos diferentes.– Que los clínicos aprendan a integrar e interpretar los resultados de los diversos observadores, aparentemente contradictorios.
– Buscar marcadores en neurobiología que sirvan como elementos diagnósticos eficientes y fáciles de instrumentalizar en la consulta, especialmente en el campo psicofisiológico.
– Desarrollar otro tipo de sistemática de evaluación que implique la realización de tareas continuas –Continuous Performance Test–, siendo creativos con el uso de realidades virtuales en las que se simula una clase donde el niño puede ver a una maestra, los compañeros, la pizarra, los pupitres y otros elementos comunes a este espacio de aprendizaje, debiendo responder a estímulos visuales clave que aparecen sobre la pizarra de la clase virtual en dos tipos de tareas: con y sin elementos distractores. Un diagnóstico completo permitirá planificar el tratamiento más eficaz para cada sujeto, con el apoyo farmacológico adecuado, minimizando los riesgos de abuso en su utilización.Fuente: Cáceres J, Herrero D. Cuantificación y análisis de la concordancia entre padres y tutores en el diagnóstico del trastorno por déficit de atención/ hiperactividad. Rev Neurol 2011; 52: 527-35Juan Francisco Reina MorenoNeuropsicólogo Clínico de Edu-In