Por diversos motivos he tenido que ir posponiendo la publicación de este artículo. Por ello me sentía en deuda con Santos, Mónica y Pedro, que el 19 de agosto de 2021 me invitaron a participar en una ruta de navegación inclusiva cubriendo los últimos kilómetros del río Miño.
Ellos son el alma del Club Deportivo Sen Amarras, una entidad cuyo objetivo principal es el de fomentar las actividades náuticas entre las personas con discapacidad, entendiendo que el río no puede ni debe suponer un obstáculo para el disfrute de la naturaleza en igualdad de condiciones. La práctica de numerosas modalidades deportivas (natación, submarinismo, vela, remo o piragüismo, etc) es uno de sus ejes prioritarios, y desde su fundación han sabido demostrar con creces que no hay límites ni limitaciones si todos remamos en la misma dirección.
Un momento de la ruta inclusiva por el estuario del Miño.
En su haber se encuentra la organización de numerosos eventos de carácter lúdico-deportivo, entre otros: Campionato Galego Inclusivo, Encontro de Patróns de Náutica Adaptada, cursos de licencia de navegación o el Campeonato de Slalom Integrador. Pero en esta ocasión iba a poder gozar de un paseo por el rio, una excursión personalizada por el entorno que tantas veces había podido inmortalizar desde sus orillas.
La salida se produjo desde el embarcadero de Goián (Tomiño), infraestructura impulsada desde el propio club, construida de tal manera que pudiera facilitar las maniobras de embarque y atraque, atendiendo a las circunstancias especiales de los usuarios que hacen uso de la misma. Se accede a través de una larga pasarela de madera, perfectamente adaptada para el paso de sillas de ruedas.
Sen Amarras dispone de dos embarcaciones con la proa abatible, especialmente pensadas para las personas con movilidad reducida. Gracias a este sistema se logra eliminar cualquier tipo de barrera que impida la entrada a todos los públicos, independientemente de su condición física. En el interior hay capacidad para varias personas y dos sillas, que se fijan a la embarcación por medio de fuertes anclajes para evitar accidentes.
Y es que la seguridad es una de las premisas del club, sin duda la más importante. Antes de cada ruta los participantes recibimos todo tipo de consejos y recomendaciones para una navegación segura. No faltan tampoco los chalecos salvavidas y todo lo necesario para permanecer varias horas en el agua.
Recuerdo aquella jornada con cariño... La idea inicial era realizar una ruta por los alrededores, dentro de los límites del Concello de Tomiño, pero la cosa se fue alargando y decidimos seguir río abajo, llegando hasta Camposancos (A Guarda) y rodeando las islas del estuario de Miño. A sabiendas de mi pasión por este lugar, Santos y Pedro –experimentado patrón– accedieron a mostrarme la zona más interesante desde el punto de vista ecológico, las marismas de Salcidos y la Zona de Especial Protección para las Aves, en una perspectiva única y diferente.
Varias horas de singladura e intercambio de impresiones durante las cuales tuve la oportunidad de conocer de primera mano el trabajo de este grupo de personas comprometidas. Os invito a bucear en los contenidos de su web (http://www.senamarras.org/) y a visualizar el vídeo que acompaña a estas líneas para que entendáis la transcendencia de su labor... ¡Gracias por todo, compañeros!