Revista Maternidad
El pasado sábado Miguel y yo pasamos una jornada veraniega estupenda. Hace unas semanas la tutora de ordinaria de Miguel me comentó que a nivel particular quería invitar a sus alumnos a comer a su casa de la playa, invitaba a toda la clase y quería contar con Miguel, me pidió que le acompañara yo porque eran muchos niños y quería que Miguel pudiese disfrutar igual que el resto,pero sin apoyo y tratándose de la playa le daba un poco de respeto. Mi respuesta fue enseguida que si, ya sabemos que no hay muchas oportunidades como esta para nuestros chicos, pasar un sábado entero con sus compañeros de clase en un ambiente diferente al colegio, es todo un lujo para Miguel.
Por supuesto se lo puse a Miguel en el calendario, entendió perfectamente lo de la playa, lo de los compañeros de clase no tanto y lo de la tutora creo que tampoco, cada vez que se lo decía, él contestaba, "Miguel con la mamá", yo le confirmaba que también iría y así él se quedaba muy tranquilo.
Llegó el sábado, tocaba madrugar porque habíamos quedado temprano, lo desperté y se levanto raudo y veloz, "a la playa con la mamá" decía. Quedamos en la puerta del colegio, esto Miguel no lo entendió, cuando vio que iba en dirección al colegio se enfurruñó un poco, "al cole no", "el sábado no hay cole". Aparqué el coche y no quiso bajar a saludar a nadie, por si acaso tenía que entrar en el colegio, decía "a la playa, vaaaamooooos". Esperamos un poco a que fueran llegando los compañeros y le dije que el cole estaba cerrado, conseguí que bajara, fuimos a la puerta para que comprobara que estaba cerrado y no podíamos entrar. Miguel necesita explicaciones sencillas, claras y cuanto más evidentes mejor, así que probó la puerta y dijo "está cerrado". Eso le tranquilizó y así pudo estar fuera del coche con todos mientras esperabamos. Se completó el grupo y allá que nos fuimos, eran 18 niños, la tutora y su marido, otra maestra igual de comprometida, una chica de prácticas y yo.
Había que repartir a los niños en los diferentes coches, con Miguel se vinieron la chica de prácticas y dos niñas de su clase. Llegamos al apartamento, almorzamos y después fuimos a la piscina, estaban todos los niños felices, ninguno dejaba de sonreir, era un gusto verlos. El comportamiento de todos era de lo más inocente, a pesar de los 12 años que contaban casi todos, no se veía aún esa rebeldía adolescente que tantos otros muestran.
De la piscina fuimos a la playa, todos los niños fueron muy obedientes, dos mayores dentro del agua y tres fuera controlando, ninguno se metió más hondo de lo que se dijo, ninguno se alejó, estaban tan emocionados viviendo aquella jornada... Se oían comentarios, "la mejor excursión del curso"...
Miguel se llevó a la playa todos sus artilugios, la tabla, los cubos, los barcos... Dentro del agua a ratos estaba más cerca del resto de niños y a ratos se alejaba, principlamente porque le he enseñado a que me tenga de referencia y se ponga justo enfrente de mi, así está pendiente y aunque la corriente le lleve, él vuelve a su sitio. Aquí el mar tiraba un poco de más y el resto de niños con los adultos se dejaba llevar. Llegó la hora de la comida, a Miguel no le vino muy bien, él quería más playa, pero no opuso resistencia, un par de veces "a comer no" mientras recogía él mismo sus cosas. Llegamos al apartamento y más piscina de nuevo, el hecho de ser un día tan acuático a Miguel le vino genial. Había algún niño que no sabía nadar y uno de ellos miró a Miguel y me dijo ¿cómo ha aprendido a nadar? Le expliqué y me sentí orgullosa, me gusta que el resto de niños vean las capacidades de Miguel y las valoren y la cara de este niño, si valoraba que Miguel nadase. Fuimos a comer al apartamento y después mientras los mayores comíamos los niños jugaban a las cartas, charraban... a Miguel le dejé la Nintendo DS que siempre es una ayuda en los ratos más tranquilos, varios niños se acercaron a ver su juego, otros se la pidieron y Miguel como es generoso a cada uno que se la pedía se la dejaba. Miguel también es bueno con la DS, y escuché comentarios de "has visto Miguel, va el primero" "que bien juega", incluso dirigido a mi, Miguel juega muy bien a Mario, eh?
Por la tarde más piscina, estos niños nunca tienen bastante! Seguían todos con la sonrisa puesta, disfrutaron muchísimo y no paraban de decirlo. Miguel estuvo entre ellos como uno más, él pendiente de sus cosas, pendiente de mi también y los niños a ratos lo llamaban para que se sentara con ellos o le decían alguna cosa.
A mi me hicieron algunas preguntas sobre Miguel, la primera fue nada más llegar, ¿Miguel algún día será como nosotros? Qué vértigo me da ahora la pregunta!! Les expliqué que Miguel era como era y que no iba a cambiar, que aprendía cosas nuevas como ellos, pero que siempre sería así. Luego me preguntaron si iría la instituto como ellos, les dije que repetiría 6º, entonces al otro año ya vendrá al instituto? Les expliqué que Miguel necesitaba apoyos como tenía en el cole, ir a un aula donde aprendiera otras cosas que ellos ya sabían y tener a alguien que le ayudara en la clase como cuando está con ellos, entonces pensaron que repetiría 6º muchas veces...
Por la tarde un niño se me acercó, y empezó a decirme que él y sus amigos hablan muchas veces de Miguel, que les gusta imaginarse como sería si no tuviera autismo, le expliqué que Miguel era así y que no existía este Miguel sin autismo, él decía ya, ya, pero como sería? Le die que sería otro niño diferente que no sería este Miguel. También me dijo que era muy bueno, que jugaba mucho en el comedor con el monitor, que le encantan los aviones de papel y que le querían mucho.
En definitiva fue una jornada estupenda, las maestras se portaron fenomenal con todos los niños y por supuesto con nosotros también. Hay que decir que la maestra comentó que es el mejor grupo que ha tenido, que los ha tenido muy buenos, pero los de 6º suelen tener más altibajos por la edad en la que están y que este en concreto era buenísimo. Yo lo pude comprobar así es y desde luego creo que para Miguel ha sido una suerte que estos hayan sido sus compañeros durante 6 cursos, una lástima que se acabe, pero llegan nuevas etapas con nuevos horizontes.