Revista Sociedad

Una jóven comunista chilena: Camila Vallejo

Publicado el 23 noviembre 2011 por Ciberculturalia
Una jóven comunista chilena: Camila VallejoEstos días Letizia y Felipe, me refiero a los príncipes de este país llamado España, están en visita oficial en Chile viendo al  ultraconservador Presidente Sebastián Piñera.
Mientras esto ocurre, el Gobierno chileno mira para otro lado y  está permitiendo que se haga  un acto homenaje a Miguel Krassnoff, asesino declarado durante la dictadura pinochetista. Este oscuro personaje fue el autor de la muerte del cantante Victor Jara, entre otros cientos de víctimas.
Habría mucho que contar del neofascista Sebastián Piñera, al que los Príncipes están visitando.
Pero hoy me quiero centrar en la lucha que los estudiantes chilenos están llevando a cabo desde hace meses y mantienen en jaque al gobierno en pleno.
La líder de este  movimiento estudiantil chileno, Camila Vallejo, cuya foto preside esta entrada, es militante de la "Juventud comunista chilena". Además con sus 23 años es la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios.
A continuación les dejo una entrevista que le hace el escritor Enrique Ubieta Gomez, director de la revista mensual cubana "La calle del medio".
Verán que a pesar de su juventud, es una activista con ideas muy claras y dispuesta a dedicar su vida contra las injusticias y desigualdades que siguen existiendo en su país.

Algunos «expertos» solían decir en los 90 que las nuevas generaciones de chilenos –después de años de dictadura–, eran conformistas, pasivas, individualistas, ¿este renacer de los movimientos sociales juveniles en Chile es inesperado?

Efectivamente, gran parte de la juventud durante mucho tiempo asumió el rol que el modelo noeliberal le quiso imponer, actuando de manera absolutamente conformista y desconectada de la realidad nacional y de lo que ocurría en la política o en el mundo social, sumado al temor inculcado de manifestarse públicamente, a causa de las fuertes amenazas de represión que el gobierno aún desata sobre la población. 


Sin embargo, en Chile también tenemos una vasta historia de lucha social, de la cual los jóvenes constantemente han sido una parte activa y dinamizadora, aunque durante mucho tiempo eso se dio a contracorriente. 
Sin embargo, este año la necesidad y deseo de manifestarse, de participar y exigir un espacio en la toma de decisiones caló muy hondo en la juventud, lo que aportó el inédito elemento de la masividad en las movilizaciones, desbordando lugares públicos como nunca antes se había visto en el país. 
Eso es nuevo y muy esperanzador, ya que parece ser que aquella juventud individualista está dejando de lado ese tipo de actitudes y está entendiendo que todos estamos llamados a realizar cambios y a trabajar por construir un futuro mejor para nuestro país. Entonces así nos damos cuenta que en realidad muchos jóvenes tienen una opinión, que no estaban manifestando, pero que estaban esperando la ocasión para dar a conocer.

Eres parte de una generación con varias experiencias movilizativas, desde los días de la llamada «Rebelión de los Pingüinos» en 2006, ¿cuanto ha madurado el movimiento estudiantil en Chile?; de aquella primera experiencia, ¿qué enseñanzas supo sacar? En primer lugar, algo que constantemente se destaca respecto de las diferencias y aprendizajes del movimiento de los Pingüinos del 2006 es el sentido amplio y ciudadano del actual movimiento. Es decir, ahora asumimos que los cambios en educación se realizarán por la acción conjunta de múltiples organizaciones sociales capaces de aunar sus fuerzas en favor de nuestro objetivo, y no sólo con el actuar aislado de los estudiantes, pues, dichos cambios son una preocupación nacional, y no sólo gremial, como se quería creer en años anteriores.  
Por otro lado, en cuanto a la experiencia acumulada respecto de la relación entre los gobiernos y el mundo social, nosotros ya aprendimos que la unidad y la movilización son dos herramientas indispensables al momento de actuar, pues la derecha siempre buscará dividirnos de modo que seamos los mismos estudiantes quienes nos dividamos en torno a debates innecesarios. 
Además, ahora sabemos que ante cualquier ofrecimiento del gobierno debemos exigir garantías que nos permitan tener un mínimo nivel de confianza para iniciar las conversaciones que nos lleven a solucionar cualquier conflicto. Por eso hoy el diálogo está paralizado, a causa de la intransigencia del gobierno y su incapacidad para ceder ante mínimas solicitudes. Sin embargo, seguimos movilizados, pues no nos detendremos hasta ver resultados concretos, lo cual constituye otro aprendizaje: no bajar los brazos antes de tiempo.
Si les interesa leer el resto de la entrevista lo pueden hacer en el blog del autor:
"La isla Desconocida".


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