Está claro que las actitudes machistas siguen en pie. Y también en muchas mujeres. No hablo solo de personas que no tienen formación y que, por desgracia, han heredado una educación machista como única forma de pensamiento. También personas teóricamente cultivadas pretenden mantener la banderola del machismo dominante por encima de todo.
Hablo de una jueza. Una jueza que tiene ya precedentes, según informa la Asociación Clara Campoamor de Vitoria. Se trata de la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, María del Carmen Molina. O sea, colocada en un puesto donde van las mujeres violentadas, agredidas, maltratadas. Pues bien la señora jueza se comportó con displicencia, incredulidad ante las agresiones y exhibiendo una conducta digna de un personaje machista recalcitrante decimonónico.
La afectada, una mujer embarazada de cuatro meses, presento denuncia en la policía por maltrato habitual psíquico y físico, que incluía dos agresiones sexuales, hace unos días. Al día siguiente fue al Juzgado especializado en Vitoria, donde, para empezar, tuvo que esperar cuatro horas hasta que la recibió la jueza. Y cuándo la recibió, demostró una falta de respeto y una constante incredulidad ante la denuncia de la maltratada.
Entre otras preguntas hirientes, la magistrada insistía en interpelar a la víctima, de forma reiterada, si había ofrecido resistencia, llegándola a formular dos preguntas vergonzosas: ¿Cerró bien las piernas?, ¿cerró toda la parte de los órganos femeninos?Como pueden ver dos ‘maravillosas preguntas’ capaces de serenar y de ayudar en el tremendo trance que se encontraba la víctima.
Esta jueza ha sido denunciada por la Asociación Clara Campoamor al Consejo General del Poder Judicial, por trato despectivo y ofensivo. Además, no es el único caso que ha protagonizado la titular del Juzgado, parece que esta situación de falta de respeto judicial se repite y que las mujeres tienen miedo a ir allí porque esta magistrada las trata como acusadas y no como víctimas. Otra carga de violencia sobre la mujer agredida.
Hay cuestiones con las que no se puede jugar, una de ellas es la violencia de género que, como sabemos, se cobra miles de víctimas anuales, de las que mueren, de media, una cinco al mes. Los Juzgados de Violencia de la Mujer existen con el único propósito de acelerar el proceso de la causa y ayudar a la mujer agredida, tomando las medidas necesarias, en el menor tiempo posible, para salvaguardarla de futuras agresiones y para castigar al agresor.
Por eso, es inaceptable que una jueza especializada de estos juzgados trate a las víctimas como acusadas y las intente culpabilizar, dudando de su exposición, de la agresión recibida. El CGPJ debe, de forma inmediata, retirar a esta jueza de ese cargo y abrir expediente de expulsión. Las faltas graves no se curan con aspirinas, hay que aplicar un tratamiento duro y si es preciso: extraer de raíz lo que provoca el daño.
Hay que seguir luchando contra esta violencia machista, bien por el teléfono 016, bien por las leyes específicas, bien por la policía y los juzgados especializados, bien por los técnicos profesionales; pero, ¿qué ocurre cuando te encuentras un juez como esta señora? Todo se va por la borda.
La lucha contra la violencia a las mujeres es un problema de todos. También, principalmente, de los jueces especializados que deben ser conscientes de las condiciones en las que se presentan las mujeres agredidas y tratarlas con respeto y procurando actuar diligentemente y en su favor.
Salud y República