Leo en The Economist que Howard Schultz, el fundador y CEO de Starbucks ha publicado una carta abierta a la sociedad americana requiriendo “amablemente” a sus clientes que no porten armas en sus establecimientos. Hasta ahora se limitaba a aplicar las leyes locales, en general muy permisivas en cuanto a lucir armas en base a la famosa segunda enmienda de la constitución de los Estados Unidos.
La decisión de Starbucks ha suscitado, como mis lectores se pueden imaginar, una agria polémica en la “pistolera” Norte América, que ha incluido calificativos de comunista y antinorteamericano para el Sr. Schultz, así como llamadas al boicot de su negocio. Vamos a ver qué pasa, pero yo creo que Starbucks ha dado un paso al frente, y lo ha dado en la buena dirección.
Sin duda es algo que va a mejorar su reputación allí donde más le interesa como negocio, en los profesionales y clases medias urbanas, que son en general antiarmamentistas y los principales clientes de sus cafeterías. Y no digamos fuera de los EEUU. El resto del mundo siente, en general, un rechazo a la política yanqui de armarse hasta los dientes, y periódicamente se escandaliza ante las matanzas indiscriminadas que saltan a los telediarios. La medida de Starbucks reforzará sin duda la estima de la marca en los mercados mundiales. En especial en la vieja y pacifista Europa.
¡Bravo Sr. Schultz!