Se llamaban Raymond, Claude, Charles, Émile, Boris, Jan, Catherine, Damira, Sophie u Osna. Esta es la verdadera historia de aquellos niños durante la Ocupación de Francia por los nazis, en la que estos pequeños se convirtieron en adultos demasiado rápido. Esta es la historia de su compromiso con la resistencia de Tolousse.
Con más de 26 millones de ejemplares vendidos y traducido a 45 idiomas, Marc Levy es un referente indiscutible de la literatura contemporánea.
Alain Grand traslada en imágenes la novela más intimista del autor de best sellers francés, Marc Levy.
Porque, ahora que todo está revuelto,
conviene recordar todo lo que pasó
y lo que, aunque no lo creamos, podría
No voy a descubrir yo aquí ni a Marc Levy ni a Alain Grand, dos grandes creadores, cada uno en su ámbito propio. En esta historia, Grand ha tomado una conocida novela de Levy y la ha llevado al mundo de la viñeta a través de su estilo sobrio y repleto de rotulación suave y colores más bien tirando a apagados. El corte de las viñetas es clásico, sin estridencias, sin imágenes que se salgan de los márgenes impuestos... aunque esas imágenes y lo que cuentan sí que saltan hasta nuestros ojos, sí que nos provocan y nos hacen sufrir, sonreír, alentar e incluso llorar.
Y es que este es un cómic que provoca sensaciones y nos hace transitar a través de diversos estados de ánimo a medida que avanza. Tal y como les pasa a los jóvenes protagonistas todo parece empezar como una travesura juguetona, como un juego, un pequeño acto de rebeldía que insufla fuerzas y energías a quienes lo acometen, que nos hace pensar a todos que podemos caminar con la cabeza muy alta y nuestro espíritu indomable, aunque nos encorvemos al pasar ante los nazis, aunque parezca que acatamos lo que se nos ha venido encima. Somos rebeldes, somos jóvenes, somos entusiastas. Al comenzar esta narración todos somos Charles, Jan, Damira o Claude, todos pertenecemos a su grupo y nos alegramos por ello, nos sentimos intocables, somos invencibles... el simple hecho de estar malogrando algunos de los planes y los días plácidos de los nazis, aunque sea a través de actos muy leves y con poca repercusión nos hace sentir bien. Nos hace tener ganas de gritar a los cuatro vientos lo bien que nos sentimos, aunque tengamos que permanecer en el anonimato. Somos héroes y por eso nos sentimos bien.
Pero todo puede torcerse... este es un cómic que se empieza a leer con una sonrisa y se termina leyendo con un nudo en la garganta.

Porque esa gente quería gobernar el mundo, o por lo menos toda Europa, quería someter a todo el mundo y pretendía hacerlo como fuese necesario... por eso actuaban con mano de hierro, por eso sofocaban sabotajes juveniles con fusilamientos, torturas, encarcelamientos y los temidos trenes de la muerte.
De la aventura a la muerte pasando por todas las penurias posibles, eso es lo que nos cuenta este cómic protagonizado por franceses de varias procedencias, por héroes anónimos que pelearon durante años, muchas veces dejándose su vida y su salud en ello, porque todos vivamos hoy algo mejor (aunque nos quejemos y nada sea perfecto), personas que hemos olvidado y que demostraron ser mucho más grandes de lo que todos pensaban. Jóvenes obligados a hacerse adultos antes de tiempo. Clandestinos en su patria.
No puedo ni quiero decir mucho más sobre esta historia, yo os invito a que os adentréis entre sus páginas, repletas de realismo en las imágenes y de los testimonios de sus propios protagonistas, porque buena parte de lo que ocurre en estas viñetas pertenece al pasado de todos los europeos.
Un tomo que viene acompañado de documentos y textos reales, relacionados con lo que se nos cuenta en unas páginas que nos hablan de lo mejor y lo peor de la raza humana. Por ponerle un pero al tomo, me ha parecido algo caro (cuesta 25 €), pero si tenéis la oportunidad de comprarlo o de leerlo, hacedlo, os va a llevar de la euforia al vació, pero creo que sus protagonistas merecen ese pequeño precio por nuestra parte.
