Revista Toros
El último en ser herrado es un becerro rechoncho al que se ha criado con biberón. Primero se sorprende de que lo empujen sin miramientos fuera de la corraleta en donde ha pasado su corta existencia, y luego se refugia entre las piernas de Manolo, su padre adoptivo.La ley se comprueba: la herencia genética sin la vida salvaje pronto acarrea la mansedumbre.
Tierras Taurinas, Opus 6