Revista Cultura y Ocio

Una librería en Berlín. Françoise Frenkel

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Una librería en Berlín. Françoise Frenkel
     "No sé muy bien a qué edad se remonta mi vocación de librera, en realidad. Ya desde muy niña me podía pasar las horas muertas hojeando un libro con imágenes o un  gran volumen ilustrado.
     Mis regalos preferidos eran los libros, que se acumulaban en las estanterías de las paredes de mi habitación de niña."
     Los lectores somos un público relativamente sencillo de convencer, de hecho, a un altísimo porcentaje, le pones en el título de un libro cualquier cosa que tenga remotamente que ver con una librería, y allí nos tienes. Hoy traigo a mi estantería virtual, Una librería en Berlín.
     Conocemos el testimonio, en primera persona, de la autora. Sale de Alemania en 1939, un lugar ya asfixiante, hacia Berlín, ciudad en la que abre una librería junto a su marido Simon Raichenstein, quien abandona la ciudad un año antes de ella. Con el partido nazi en el poder y las leyes raciales de Nuremberg la situación se hace insostenible yFrenkel acaba en Francia, un país que no le recibe mejor con la guerra ya declarada y en el que tendrá que esconderse. Finalmente, ya en 1943, Frenkel logra cruzar la frontera Suiza.
     Este libro tiene tantas aristas de las que hablar que me parecen interesantes, que voy a cuidar no alargarme mucho. En primer lugar el libro en sí, editado por primera vez en 1945, "Rien où poser sa tête", pasó desapercibido cayendo en el olvido hasta que lo rescatara Gallimard con prefacio de Modiano. Y fue por casualidad. Por otra parte tenemos la vida de la autora, íntimamente ligada a la trama del libro, ya que es una autobiografía. Frenkel nace en Pietrorków, estudia literatura en la Sorbona y se traslada a Berlín, fundando en 1921 la primera librería francesa junto a su marido Simon Rachenstein. Se convierte en una intelectual conocida y vive los años más difíciles de europa. Su libro, escrito a principios de los años cuarenta, ve la luz en 1945, momento en el que se pierde la pista de esta mujer de la que no se conserva una sola foto y cuyos herederos han sido imposibles de localizar, Sabemos que muere en Niza en 1975, los años intermedios siguen siendo un misterio.
     Una librería en Berlín ha sido el título elegido para la traducción al castellano de esta obra que tiene ecos de Némirovvsky. Y sí, es cierto que hay un testimonio de una intelectual cuya pasión por la literatura se desprende desde las primeras líneas, sin embargo, es mucho más que eso. Es la historia de una mujer que relata una epopeya a la vez que obliga al lector a hacerse preguntas a medida que avanza. Por ejemplo, la omisión de su marido al que apenas hace referencias, ha sido una duda constante para mi. La novela, porque pese a ser autobiográfica la podemos leer como una novela, está escrita con un cierto tono lírico que le da cadencia casi de poesía, pero sin empantanar la prosa con figuras que conviertan su lectura en algo arduo, ya que, más bien al contrario, lo más probable es que os dure como mucho un par de tardes. Como testimonio, es impagable, sobre todo y más que la época librera, me ha llamado la atención esa Francia de Vichy tan compleja en la que llega a depender de terceros, entrelazando historias personales que se adhieren al lector a medida que ella se esconde, huyendo en busca de un lugar en el que conseguir descansar... y vivir. Algo que en un momento dado parece dudar en una suerte de desanimado sacrificio. Así saldremos de esta historia conociendo un lugar llamado La Rosaraie, con una nítida imagen en la cabeza de lo que allí se encontraba.
     Me ha gustado, no carga las tintas en los dramatismos, algo bastante habitual en este tipo de testimonios, y deja un gran espacio para la bondad ajena. No hay odio, ira, ni resentimiento, y tampoco sentimentalismos en su testimonio, lo cual acaba siendo mucho más efectivo por la naturalidad de las palabras empleadas. Me ha gustado, la historia, la protagonista y también las formas en las que está escrito el libro. Y, si soy sincera, me gusta ese misterio que envuelve a Françoise Frenkel, espero que no se termine por desvelar.
     Y vosotros, ¿sois de esos lectores fáciles de convencer ante determinadas temáticas en los libros?
     Gracias.

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