Hace un par de días Dante me hizo escuchar este poema recitado por Luis Landriscina: "Casi Gringo" (pueden leer su letra completa AQUÍ), y no pude evitar derramar unas cuantas lágrimas.
Había tanto contenido en esas palabras, tanto amor, tanto dolor, tanta distancia, olvido, perdón, tanta guerra, tanto desarraigo.
Lo que más me tocó el alma fue la forma en que este hombre describe el amor por su tierra, a la que siente pertenecer por su madre, la que le dió allí su vida, y la que fue enterrada en ella, luego de abrir paso por su cuerpo a la vida de su hermano, muriendo en el parto.
De repente me vinieron a la mente tantas historias de mis propios antepasados, padres de mis abuelos, que dejaron todo en España para venir a construir una nueva vida en Argentina. Sentí su dolor, su desesperación, sus anhelos de traer a sus hijos a un mundo mejor, sentí su desarraigo, su lejanía, sus pérdidas, la muerte anticipada de no volver a ver a sus padres que, aunque vivos, se convertirían solamente en un recuerdo en la distancia, el trabajo hasta sufrir el dolor físico, para no sentir el dolor del alma...
Y este hombre, que una vez fue niño, nació de ese dolor, un dolor al que su madre pudo convertir en amor... viviendo y muriendo en esta tierra permitió a sus hijos hacer patria en un país lejano, viviendo y muriendo, amando, dando teta, y aunque no pudo vivir para criarlo, dejó en él la semilla de la gratitud. Porque donde está una madre, está el hogar de su hijo, aún en las peores circunstancias. Porque una madre hace Patria.
Los invito a escucharlo: