“No hay nada que no hagas por un hijo” es un dicho común y que todos hemos escuchado, al menos, una vez en nuestra vida. Pero para Julie Loving eso significó prestar su vientre para que su hija pudiese ser madre.
La mujer de 51 años y residente de Illinois, EEUU, tomó su amor por su hija y lo llevó al próximo nivel. El pasado 2 de noviembre dio a luz a su propia nieta: Briar Juliette Lockwood.
Breanna Lockwood, la hija de Julie, había tenido problemas para quedar embarazada durante años. Eso incluyó dos abortos espontáneos, una de ella de gemelos; siete cirugías; tres sesiones de extracción de óvulos; un embarazo ectópico e “innumerables lágrimas”, según cuenta Breanna en su cuenta de Instagram.
La pareja había vendido su casa para poder costear los gastos que lleva alquilar un vientre y los exámenes que necesitan. Varios intentos con otras posibles gestantes hasta que se decidieron por la opción final. Una situación delicada pues su madre ya está en edad adulta avanzada y podría significar un riesgo, no sólo para el bebé, sino para ella misma.
Pero en febrero de este año, justo al comienzo de la pandemia, Breanna anunció que su madre había pasado las pruebas de pre-embarazo. Un estudio completo de electrocardiograma, una prueba de esfuerzo, una ecografía salina y varios paneles de análisis de sangre.
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La documentación del “viaje” de esta familia, que deseaba tanto un bebé, está en sus redes. Más de 139 mil personas han seguido mes a mes la historia y ahora saludan a la nueva integrante de la familia.