Hasta el momento he subido buenos comentarios respecto a los lugares que he ido, pero también creo necesario publicar algunas malas experiencias para que les sirva de advertencia.En este caso hablaré de un lugar que es muy popular y que lo pueden encontrar en cualquier comuna: Bravissimo.
Cuando era niña iba mucho con mi mamá, con mi abuela o con mi papá, pues era un buen lugar para tomar helado. Recuerdo haber tenido en mis manos porciones muy grandes de helados con sabores que eran ricos y quedaban muy bien, especialmente cuando en invierno estaba la promoción de un baño de chocolate, crema o ambas.Hasta hoy las porciones no han variado mucho, pero sí muchas otras cosas: los pasteles han cambiado en sabor y en tamaño, el pie de limón es casi un volcán de crema en vez de pie de limón, los helados ya no se sirven con sus bolitas características, sino que con una especie de espátula que no le da nunguna forma al cono.
Ayer fui a hacer unas entrevistas con Sinclair y pasamos al Bravissimo que está en el Paseo Estado, cerca de la Plaza de Armas. Estaba un poco colapsado, pero no lo suficiente como para un mal servicio. Pedí mis sabores típicos: Manjar chips y Menta Chips, uno para el dulzor y el otro para refrescar. Me llevé con la sorpresa de que el Manjar Chips no era eso, sino que Mouse de Manjar. No me gusta el Mouse de Manjar porque es más líquido que el helado mismo de manjar, además no tiene chips (que me gustan mucho) ¡ni tampoco el sabor Manjar! Y como no tenía la consistencia que me esperaba, se derritió de inmediato y se me rebalsaba del vaso, cosa que no me pasa con el helado correspondiente.Y respecto a la Menta... por un momento olvidé que era Menta y pensé que era plástico. Si, sabía a plástico.Boté el helado porque realmente estaba malísimo. No sé si es solo en ese Bravissimo, si en locales más "pitucos" en Las Condes o en Providencia sean mejores, pero hace tiempo que no me apetecen tanto esos helados como antes. Recuerdo haber comido unos sabores ricos, pero poco a poco ha ido cambiando la calidad y se nota. Además, los precios han subido mucho y, con esto, no creo que lo valgan realmente.
Es mi experiencia, no sé qué les haya tocado a ustedes ahora. Pero ya no me gusta, y no solo en los helados, sino que en general con todo lo que sirven y en cómo lo sirven.
Por eso que ahora intento probar en lugares más pequeños, nuevos y rebuscados. Muchas veces una sonrisa al ser atendido mejora bastante la apreciación del lugar... A tomar en cuenta.(No publiqué fotos porque no lo amerita)
