Una mañana con la Compañia Nacional de Danza. Álbum fotográfico
Este lunes 15 acudí a la segunda jornada de puertas abiertas de la Compañía Nacional de Danza (CND), una de las nuevas iniciativas de apertura social que está tomando la dirección, bajo el mando de Jose Carlos Martinez. Se permitió asistir a la clase de ballet y a dos ensayos, además de ofrecerse una visita guiada por el propio director, por las instalaciones administrativas.
Hablando de apertura, me gusta una frase que figura en alguno de los papeles de merchandise que nos dieron ”Bienvenido a tu Compañia Nacional de Danza”. Una frase tan pequeña es muy importante, puesto que, durante mucho tiempo, la Compañía Nacional de Danza fue patrimonio de unos pocos, casi diría, de uno sólo, y todos sabréis a quién me refiero.
Durante la jornada, a los asistentes se nos entregó un pequeño cuestionario. Este fue el mío, me disculpo de antemano por mi poca imaginación a la hora de nombrar compositores, pero se puede leer entre líneas un deseo:
En esta pregunta que ronda siempre, ese ‘ y tú, ¿de quién eres?’, me declaro clásica, pero no creo que sea algo excluyente. Como me gusta decir, ‘No todo en esta vida es Tchaikovsky’. Mi sueño, y el de muchos, es poder tener en España una Compañía Nacional que sea capaz de bailar el repertorio clásico y el repertorio contemporáneo. Que sea una compañía de TODOS. De todos los repertorios. No es una utopía, funciona en incontables países.
Repertorios soñados aparte, ahora la compañía tiene el problema de que se le prohíba hacer, por deseo de un individual, lo que durante años se hizo y creó con dinero de todos. Crear un repertorio de producciones de la nada solo esta a disposición de las compañías que tienen grandes carteras detrás, y ya se sabe que en este país las carteras no se abren a la cultura, y menos en estos tiempos. Así que, las cosas irán despacio, pero cada paso es una buena señal.
Entrando en materia puramente dancísta, sobre las impresiones de la mañana, tengo que hacer una confesión. Siempre se dice que la clase de ballet es el gran ecualizador, seas quién seas, desde el primer bailarín, a las pre-escolares, se tienen que agarrar a la barra y comenzar por los pliés. Viendo la clase de la compañía, valorándolo como un grupo (aunque no todos los bailarines del elenco oficial estuvieron presentes), no se ve a un cuerpo de baile capaz de afrontar una obra de gran repertorio clásico. Lo cuál no indica que no halla talento, lo hay. Hay madera, y ahora parece que hay alguien dispuesto a esculpirla.
Tras la clase de ballet y la visita a la planta administrativa (donde se encuentra también sastrería y archivo), que lideró un cercano Jose Carlos Martinez (la verdad, todo el personal fue muy acogedor con las visitas), comenzaron los ensayos. Las dos obras que se preparaban eran ‘Babylon’, de Arantxa Sagardoi y Alfredo Bravo y ‘Unsound’ de Juanjo Arqués y Heidi Vierthaler.
Al principio me ví arrastrada al ensayo de ‘Babylon’, con la promesa además de que se pasaría con vestuario. Pero, luego me atrapó el dramatismo y la urgencia de la sinfonía nº8 (opus 65) de Shostakovitch. La coreografía también. La veterana Tamako Akiyama parece ser la protagonista de la pieza, pero el cuerpo de baile masculino y femenino también tienen un gran papel.
Sobre ‘Unsound’ realmente no puedo comentar nada. Estaban ensayando a la vez varias parejas, con ellas en puntas, pero, el rato que estuve en la sala no pude ver más que secuencias sin música.
Estos son dos vídeos del canal de youtube de la CND sobre las dos piezas que mostraron, el primero de ‘Unsound’
Y ya dejo mis fotografías de la mañana. Ni mi cámara ni mis manos tienen conocimiento profesional, pero se hizo lo que se pudo: