(Fuente: Sport)
Y me gustan los buenos partidos de fútbol, que son raros de ver, más allá del aliciente por el resultado (favorable o no) a nuestros colores. Pero en estos tiempos de Guardiola, el Barça no deja de darnos satisfacciones, espero que a todos los aficionados al buen fútbol.El repaso de este lunes 29 de Noviembre (por cierto, día de mi cumpleaños, y jornada de nieves en Madrid) que le dió el Barça al Real Madrid, pasará a la Historia.El Barça jugó como acostumbra últimamente, sólo que a su máximo nivel. Parecían Ángeles que se deslizaban por el campo, y se filtraban por entre las defensas madridistas, muy bien dispuestas, para sembrar el peligro, y el gol. Hasta cinco acabaron cayendo en el Nou Camp. La famosa Manita.Estoy de acuerdo con Mourinho en que la derrota de ayer del Madrid se puede digerir con facilidad, porque no hubo ninguna posibilidad de victoria. No es un partido del que se salga quejándose de las oportunidades perdidas, o de la poca efectividad, o de las intervenciones del árbitro, o de los despistes de la defensa. La única posibilidad es reconocer la superioridad manifiesta que el Barça desplegó en el campo.El Madrid se hartó (y se desesperó) de perseguir sombras que eran dueñas del balón en casi todo momento, y que inventaban el peligro a cada instante. Cualquier aficionado al buen fútbol tuvo que disfrutar con el partido de ayer. Los del Real Madrid, por supuesto, con la amargura de descubrir que solamente son segundos en esta Liga de dos. Pero es de justicia reconocer que el Real Madrid no perdió el partido. Fue el Barça el que lo ganó desde el primero al último minuto.Y conviene olvidar pronto algunas salidas de tono, fruto de la desesperación, como el empujón de Cristiano a Guardiola, o la tangana de Sergio Ramos en las postrimerías del encuentro.Para el día después queda la satisfacción de haber podido ver un partido muy difícilmente repetible, que quedará inscrito con letras de oro en los Anales de la Excelencia.¡¡¡Visca el Barça!!!JMBARevista Deportes
No soy especialmente forofo del F.C. Barcelona, pero sí partidario. Cuando vivía en Barcelona no le prestaba al tema la menor atención, pero desde que vivo en Madrid, ser partidario del Barça garantiza que siempre haya alguien de buen humor por ahí.