por Valeria Musse
LA PLATA.- Un grupo de vecinos de Quilmes nunca imaginó que esas pizzas que comieron dos años atrás, sentados en los bancos de la plaza de la estación del tren, junto a chicos y adolescentes en situación de calle, serían el puntapié inicial para un proyecto solidario cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de los más vulnerables.
Aquella noche "fue increíble", recordó a LA NACION el coordinador del programa Quilmes Mi Casa, Norberto Almada, de la Fundación Hechos. Emocionado por la experiencia vivida, dijo: "No podíamos irnos ese día sin decirles que el próximo lunes estaríamos ahí otra vez para compartir comida caliente".
Es que salta a la vista. Sólo en los alrededores de la estación del ferrocarril Roca y en las calles linderas a la peatonal de ese distrito al sur del conurbano bonaerense se pueden ver decenas de chicos y adolescentes que vagan en la calle, durante el día y buena parte de la noche, pidiendo monedas o trabajando como "trapitos". Los jóvenes no se alimentan, están muy flacos y cuando tienen algún peso extra lo destinan al consumo de paco.
"Queremos sacarlos de la calle el máximo tiempo posible", es la causa común que guía a los 130 voluntarios que colaboran con el proyecto solidario.
Termina la jornada del primer día de la semana y la plaza de la estación de trenes de Quilmes se transforma en un gran salón comedor. Las caritas de los más chicos, alrededor de 40, dejan ver una gran sonrisa al sentir el aroma de la comida caliente y casera. Los voluntarios tienen un orden de prioridad para servir las viandas: los chicos y mujeres embarazadas primero, pero a nadie se le niega un plato de alimento.
Ica Sansone es quien coordina el trabajo de los integrantes de la fundación. "Nos esperan con muchas ansias", contó. No es para menos. Para casi todos los jóvenes que viven en esta situación de calle ese plato de comida se trata de lo único que ingerirán en todo el día.
Urgencia de ayuda
Una vez que la organización cuente con un edificio propio (los organizadores añoran que un donante ceda un inmueble en el centro de la ciudad, cerca del ferrocarril), las cenas serán diarias. Por ahora, sólo son factibles los lunes, miércoles y sábados de cada semana.
Pero el resto de la semana también se aprovecha. Los martes y jueves la merienda es protagonista de un nuevo encuentro entre los chicos y sus "ángeles de la guarda". La Casa de los Derechos Humanos de Quilmes les presta las instalaciones para, además, dictar a los jóvenes cursos de dibujo y cerámica.
Para dar abasto con la provisión de ropa limpia para los jóvenes en situación de calle el programa Quilmes Mi Casa necesita un lavarropas y un secarropas, ambos de tipo industrial.
Quien quiera colaborar puede escribir al correo electrónico [email protected].
Fuente: lanacion.com.ar