Revista En Femenino

Una maternidad diferente

Por Amo Ser Mamá @amo_ser_mama

El siguiente post fue escrito por Eva Cano, quien escribe el blog ECV lactando y quien quiso compartirlo conmigo y me permitió publicarlo en Amo ser Mamá. Gracias Eva! Es un gusto para mi! "Cuando decidí crear el blog uno de los puntos mas a tener en cuenta era cual sería el título que le daría. Me decidí por ECV porque son mis iniciales y lactando porque era mi estado básico desde hacía muchos meses y el motivo principal por el que me lanzaba a exponer mis opiniones en púbico en la nube. Desde hacía tiempo seguía a otras mamas y una de las razones por las que había llegado a ellas era el nombre de sus sitios web. Obviamente si lo que me interesaba era leer sobre lactancia, crianza, colecho, maternidad… primero abriría aquellos enlaces que me dieran pistas sobre el contenido y así llegue a conocer a muchas de ellas y sus opiniones. De entre todos los títulos de blogs los que mas se identifican con el momento vital que experimento me quedo con “Una maternidad diferente” y “Criar en contravía”, aunque con el resto de mamas de la red 2.0 comparto opiniones y formas de entender la maternidad. Me identifico con esos dos títulos porque en el mundo moderno que nos toca vivir elegir la forma de crianza basada en el apego, el colecho, la lactancia… no es el tipo “normal” de maternidad que abunda. Por ello me encuentro viviendo una maternidad diferente. Si a eso le añadimos que mi forma de crianza provoca comentarios contrarios a mi paso debo añadir que me encuentro criando a contravía. A raíz del artículo de la revista Time que tanto ha dado que hablar y sobre el que tanto se ha escrito, y fundamentalmente a raíz del titular de la portada en cuestión “Are you mom enough?” ¿Eres lo suficiente madre? y partiendo de la base que todas somos lo suficientemente madres para nuestros hijos, ya que somos las madres que ellos necesitan, independientemente de nuestras opciones de crianza, me pare a pensar en la cantidad de maternidades diferentes que me rodeaban. Deje a un lado aquellas que ocupan la mayor parte de nuestras conversaciones en red: maternidad pro biberón o pro lactancia, crianza con apego o madres tigre, colecho o método Estivil… y me centre en la maternidad entendida como el vínculo biológico, psicológico y espiritual que se establece entre la mujer y los vástagos que cría. Descubrí muchas maternidades diferentes criando en contravía. Todas ellas merecen el mismo respeto. Por ello me propuse hacerles un pequeño homenaje, ya que no siempre reciben el apoyo  y el reconocimiento adecuado por parte de nuestra sociedad. Maternidades que surgen de las necesidades de conciliación.
  • Mujeres que ya tenían a sus hijos “requetecriados” y que ahora se hacen cargo de la crianza de sus nietos para que sus hijos puedan cumplir con sus obligaciones laborales. Mujeres que nunca dicen “no”, que renuncian a su periodo de merecido descanso, esforzándose por no imponer su forma de crianza, respetando los deseos y normas de los padres para evitar entrar en conflictos con aquellos a los que mas quieren, por los que lo dieron todo y lo siguen dando aunque las fuerzas flaqueen y la salud les abandone.
  • Mujeres que teniendo sus propios hijos se hacen cargo de los de otras madres, viviendo en sus carnes sensaciones contradictorias: el desasosiego de restar horas a sus propios hijos para pasar tiempo con los hijos de otras, niños estos que las tienen como referente, de las que aprenden las primeras palabras, los primeros juegos, los primeros pasos… que las adoran y con los que se encariñan inevitablemente otorgándoles una porción importante de su cariño.
  • Mujeres que han pospuesto o renunciado a su maternidad porque sus condiciones económicas no son las más adecuadas para formar una familia y de pronto se encuentran criando a los hijos de otras mujeres que a su vez han renunciado en parte a  la crianza de sus hijos para cumplir sus metas profesionales y laborales.
Maternidades que surgen del instinto biológico en cuerpos infértiles.
  • Mujeres que buscan materializar sus deseos de maternidad en medio de papeleos interminables, a las que llegan hijos a los que además de criar deben proteger de los comentarios maledicentes de aquellos que todavía no entienden que se es igual madre siendo quien cría que quien gesta, que no importa que los colores de la piel, los rasgos de la madre y el hijo sean diferentes, sino que lo verdaderamente importante es que estén unidos por la fuerza del corazón.
  • Mujeres que se someten sin cuartel a duros tratamientos de fertilidad y que durante meses lloran perdidas y ausencias, para después acompañar con llantos de felicidad a los primeros gorjeos de sus retoños.
Maternidades llevadas a cabo en solitario, pero con tanta fuerza y entrega que consiguen que la ausencia de la otra parte sea casi imperceptible.
  • Mujeres que comienzan criando en pareja y cuando esta se desintegra continúan tirando del carro de la familia, intentando que la disolución no afecte a los hijos, que estos sigan respetando, admirando y queriendo a su padre, y facilitándole a este que pueda seguir ejerciendo como tal.
  • Mujeres que se encuentran solas desde el principio de la aventura de la maternidad y que se desviven para que a sus pequeños no les falte de nada.
    • Mujeres que cuentan con el apoyo de la familia, con abuelos que hacen el papel de padres y cubren a la madre en sus necesidades de conciliación.
    • Mujeres que no tienen ningún tipo de apoyo familiar y que aún así, como leonas en medio de la sabana, luchan contra todo y contra todos para criar a sus hijos de la mejor forma posible.
    • Mujeres que pierden a sus compañeros en accidentes, por enfermedades… que de pronto se encuentran solas sin esperarlo, que deben hacer frente no solo a la crianza sino también al duelo, la aceptación de la pérdida…
Maternidades “postizas”, que deben luchar contra los estereotipos y ganarse con naturalidad y humildad no el puesto de madre, el de “madrastra”.
  • Mujeres que inician relaciones con parejas que tienen hijos con los que convivir de pronto sin haber sido ellas mismas madres, probando con ellos las mieles y las hieles de la maternidad.
  • Mujeres que se encuentran criando a sus hijos y a los hijos de su pareja, formando una nueva familia que choca, que busca amoldarse en medio del dolor por la familia perdida y los deseos felices de formar una nueva, solida y duradera.
  • Mujeres que llegan a los hijos después de la perdida trágica de la madre, intentando no usurpar puestos, ni llenar vacíos, sino crear nuevos espacios.
Maternidades que llegan antes de lo “debido” o después de lo “esperado”.
  • Mujeres adolescentes, casi niñas, que pasan de jugar con muñecas a gestar hijos, en muchas ocasiones ni tan siquiera buscados o deseados, pero que deciden seguir adelante con su maternidad cambiando para siempre el devenir de su futuro.
  • Mujeres maduras, en el límite de la edad fértil que llegan a la maternidad por sorpresa cuando ya no se creía posible y se bajan todas las guardias creyendo que el cuerpo no va a responder o por deseo de cumplir con el anhelo biológico desafiando la edad “normal” de gestar, de parir, de criar.
Maternidades “especiales” puestas en práctica por mujeres que se embarcan en ella rompiendo barreras físicas: mujeres ciegas, mujeres sordomudas, mujeres con paraplejias…mujeres que suplen las carencias de sus sentidos con el amor profundo hacia sus hijos y su deseo de no quedarse atrás en el camino de su crecimiento físico y personal. Maternidades que seguro se me pasan por alto. Madres diferentes criando en contravía. Las madres que sus hijos necesitan." Una maternidad diferente

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