El aula de clases, en algunos aspectos, es semejante a una pequeña sociedad, en la que se observan varios microroles: está el o los líderes y a su vez aquel grupo que lo(s) sigue(n); también está ese grupo de personas que siempre son foco de conflicto, y por ende, el grupo que imita las travesuras. Podemos mencionar a aquellos que sirven de mediadores al momento de ocurrir una situación que genere tensión, rol que muchas veces cumple el o la docente a cargo del grupo-curso, o algún estudiante que destaque entre sus pares por ser más “justo”.
Pero existe un grupo de personas (en este caso, estudiantes) que son objeto de un trato especial, pero que está lejos de ser agradable: aquellos que sufren de discriminación por parte de sus propios compañeros de clases. Sobre esta situación tratará este humilde ensayo y la visión que, como estudiante de pedagogía, tengo acerca de esta problemática.Hace unos días, tuve la oportunidad de analizar la película chilena “Machuca” (2004; Andrés Wood, director), la que muestra la difícil situación que vivía nuestro país en los primeros años de la década de 1970, específicamente el año 1973, previo al golpe de Estado que sufrió el gobierno socialista del Presidente Salvador Allende Gossens. Es necesario detenerme en este punto para poder dar algunos atisbos de lo que ocurría en Chile por aquellos años, lo que servirá para comprender aún mejor la temática de este ensayo: la discriminación social que se generaba en el aula de clases.Esta época se caracterizó por la compleja y total división de la sociedad chilena; la lucha entre “el roto” y “el momio”. Los primeros luchaban, de la mano con el gobierno de turno, por cambiar la situación laboral del proletariado y la desigual distribución de riquezas en el país. Mientras que, los que conformaban la “clase acomodada”, observaban con temor los rumores de que Chile se transformaría en una “segunda Cuba”, comunista y marxista, poniendo en riesgo sus abultados patrimonios y seguridad.
Quizás un tercer grupo, más próximo a una clase media, veía cómo iba empeorando su calidad de vida, perdiendo ciertas garantías constitucionales, como la libertad de consumo y seguridad social, a raíz de la disputa entre los estamentos sociales de ambos extremos que conformaban la sociedad chilena de aquellos años.La película “Machuca” relata la historia ocurrida en el Colegio Saint Patrick de Santiago, el que imparte una educación católica, conservadora y dirigida a los hijos de las familias pertenecientes a la “clase alta” de la capital. A raíz de la situación política que vivía Chile, el rector del colegio, el padre McEnroe, junto a una parte de los apoderados, decidieron recibir a un grupo de niños provenientes de un campamento cercano a las instalaciones del colegio, con el fin de que ambos grupos de estudiantes recibieran una educación sin discriminación y basada en el respeto.
Aquí se genera el primer foco de discriminación: al momento de presentar a los nuevos estudiantes al grupo-curso, sólo uno de los “niños ricos” reconoció a uno de los “niños pobres”, ya que era el hijo de la señora que lavaba ropa en su casa y en alguna oportunidad jugaron juntos. ¿Es posible que ninguno de los demás se haya visto en otro momento? ¿Siendo que vivían a sólo unas calles de distancia? Es probable que efectivamente no se hubiesen visto nunca antes, e incluso, que los “niños ricos” desconocieran la existencia del campamento del cual provenían los “niños pobres”.Para ver el video desde tu celular haz click AQUÍOtra situación en la que se puede observar la discriminación de parte de los “niños ricos”, es al momento del recreo, ya que no existe ninguna relación entre ambos grupos, es más, los “niños pobres” sufren burlas debido a su vestimenta (ropa vieja y a mal traer, distinta al uniforme formal del colegio). Tanto es así que se genera una ola de malos tratos en contra del protagonista, provocando una verdadera batalla campal la que termina con golpes de puños y patadas. Estos son sólo dos ejemplos de situaciones en las cuales se pudo observar la discriminación entre los niños.
Esta triste situación de discriminación en el colegio y aula de clases fue generada por varios factores: primeramente, por el muro que existía (y todavía existe) entre las clases sociales de nuestro país, sobretodo en una ciudad tan grande como Santiago, donde los ricos son más ricos y los pobres son más pobres, haciendo más difícil que se genere una relación entre personas de distinto estrato social.También influyó la tensa situación política y social que vivía Chile por aquel entonces. Los gritos de lucha y protesta penetraban en las personas sin hacer diferencias entre adultos y niños, provocando que estos últimos tuvieran oído y voz tanto en los hogares, como en las calles (queda claro en las escenas en las que los tres protagonistas marchan en protestas de ambos sectores políticos).Para ver el video desde tu celular haz click AQUÍ
Pero mayor es la responsabilidad de los padres. De ellos es la labor de enseñar tolerancia y respeto a sus hijos, ya que estos son el reflejo y continuación de lo hecho por aquellos. Si en el hogar no existen valores como el respeto y la no discriminación, tolerancia o resiliencia, ni el mejor colegio del país puede enmendar el camino de quien no es capaz de compartir con otro, sin considerarse superior o inferior a este.Para ver el video desde tu celular haz click AQUÍUna de las formas de detener esta problemática es que los colegios, en conjunto con estudiantes, padres y apoderados, desarrollen actividades en las que se demuestre que las diferencias que existen entre las personas son sólo de forma, pero no de fondo. Es momento de comprender que las diferencias entre las personas las hacen las mismas personas; todos tenemos los mismos derechos y obligaciones.
Pero aquí, nuevamente, el rol de los padres es fundamental. Sin la iniciativa de ellos por generar un cambio en las bases problemáticas de la discriminación entre nuestros niños y niñas, seguiremos conociendo historias en las que los “niños ricos” y los “niños pobres” no son capaces de compartir o de vivir en conjunto y armonía. Y, al fin y al cabo, terminará siendo un conflicto mayor entre “hombres ricos” y “hombres pobres”.Equipo Ziva8 @rbarrosbelmar@DagoConstanzoEl material audiovisual pertenece a sus dueños
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