La obra de teatro Amadeus, que recrea la ficticia relación amor-odio entre Mozart y Salieri, encontró un lugar en la pantalla grande a través del lente de Milos Forman. En el año 1984 la película se convirtió en una de las obras más reconocidas en los Premios de la Academia, ganando incluso algunas de las estatuillas más importantes como mejor director, mejor película y mejor actor protagónico.
La película tiene como eje principal contar la vida del compositor, que supo crear La Flauta Mágica y Las bodas de Fígaro. La obra se centra en la relación entre Mozart y Antonio Salieri, su maestro. La rivalidad entre ambos es uno de los mitos más propagados dentro del universo de la música clásica, una relación vinculada con plagios y terribles acusaciones que indican que Salieri fue responsable de su muerte. Lo cierto es que estas historias no están basadas en ningún dato histórico comprobable, es por eso que se considera que la obra de Forman tiene un gran sustento ficticio.
Praga, la ciudad del Renacimiento
La capital de República Checa alojó a Mozart durante gran parte de su vida. Forman encontró en la ciudad checa un escenario ideal para rodar la película, en especial por su arquitectura increíblemente conservada del siglo XVIII.
El distrito de Malá Strana, también llamado Ciudad Pequeña, es una de las locaciones más célebres de la película. Sus calles y la fachada de sus edificios guardan una clara esencial de su pasado arquitectónico, relacionado directamente con la corriente del barroco y algunas vivas manifestaciones del Renacimiento.