Revista Opinión

Una misma manera de entender la política

Publicado el 09 marzo 2014 por Romanas
Una misma manera de entender la política  Anoche, sábado, vi el programa ése de la Sexta en el que hacen entrevistas a gente importante; le tocó el turno a Monago, el Presidente de Extremadura y a Rosa Díez, la jefa de UPD, personajes ambos que coinciden, además de en otras muchas más cosas, en ser favoritos en las encuestas para grandes empresas futuras.  Y esto me lleva a un tema que tal vez esté siendo ya demasiado recurrente en mis posts: el de la ignorancia suprema del pueblo en el que me encuentro inserto.  Monago alardeó de haber convertido a su comunidad desde ser la que tenía el mayor déficit en la mejor de todas las españolas y Rosa Díez es la política mejor valorada en las encuestas del Centro de Investigaciones sociológicas, el famoso CIS.  Son dos tipos que saben muy bien de qué va la cosa. De palabra fácil, están ya muy curtidos en dar mítines y era de esto de lo que se trataba.  Cuando las preguntas de los periodistas intervinientes en el programa los obligaron a ello, demostraron realmente qué y como son.  El del PP nos hizo ver que es un poco más listo que sus conmilitones.  Cree, o hace como que cree, en las mismas cosas que Rajoy al que se apresuró a mostrar como el objeto de todas sus admiraciones. Y dice que éste no sólo conoce sus extravagancias políticas sino que las aprueba.  Según dijo el presentador del programa, las encuestas lo presentan como el ganador, con mayoría absoluta, de las próximas elecciones, lo que no consiguió en las últimas, lo que le ha obligado a gobernar con la ayuda de IU.  Ahora mismo no recuerdo nada más que me parezca reseñable en la entrevista, ya que se cuidó mucho de decir que no se considera un caso raro dentro de su partido y, desde luego, no lo es.  La que sí que es un caso raro es la otra protagonista de la noche, Rosa Díez, RD. Una militante de más de 30 años en el Psoe que, decepcionada por la victoria de Zapatero en aquellas primarias que le llevaron por el atentado de Atocha y el infame planteamiento que del mismo hizo el PP a La Moncloa, unió su destino al de otro raro, muy raro, espécimen, el filósofo Fernando Savater.  Fernando Savater quiere ser un genio y, a lo peor, lo es, pero un genio por el lado oscuro de la vida. Después de ser el “enfant terrible” de la filosofia, ahora quiere ser el Papa, o sea, el genio creador de un partido, que basado en sus geniales ideas, no tendrá más remedio que barrer en el miserable entorno político de este triste país.  Pero su pensamiento sólo ha acertado en la mitad de la verdad: éste es un triste país, seguramente, el más triste de todo el universo, pero no es con sus ideas elitistas sobre la política como se le va a sacar de su actual atolladero.  Yo hace mucho tiempo, tanto que no recuerdo cuando fue la última vez, que no leo  ni oigo nada que provenga de este filósofo, al que fue precisamente un duque de Alba consorte el que sacó del anonimato, pero todo lo que dijo RD anoche llevaba su sello y a mí, hubo algo que me llamó particularmente la atención: para esta gente no existe esa antigualla política que son las izquierdas y las derechas, sino ideas ciertas e ideas erróneas y nadie tiene la exclusiva propiedad de las unas y de las otras.  Coño, que a estas alturas de la película, vengan un egregio filósofo y  la líder más carismática de la actual política española y te digan sin pestañear que todos somos iguales, desde el punto de vista de la ideología, que no hay ni izquierdas ni derechas, que tanto un lado como el otro de las Cámaras tienen ideas buenas y malas, de lo que lo único que yo deduje es que esta mujer está dispuesta a pactar, para participar en el poder, lo mismo con la izquierda que con la derecha.  No creo, no lo puedo creer que una señora de 61 años y que ha estado toda su puñetera vida en la política nos quiera hacer creer ahora que no hay distinción esencial en lo que hemos dado en llamar izquierda y derecha como si no supiera, que sí que lo sabe, y muy bien, que ambas facciones, izquierda y derecha, se distinguen no por lo que en un momento concreto de la historia defiendan sino en por qué y cómo lo defienden, es lo que hemos dado en llamar ideología, coño.  La izquierda y la derecha no son IU y el PP/Psoe, claro que no, sino una concepción de la vida y de la política basadas, la una, en la búsqueda  intransigente de la verdad y la defensa hasta la muerte de la justicia, y la otra, en la persecución del medro y enriquecimiento personal sin reparar en ninguna clase de medios, utilizando a la justicia, a su Administración, a su organización administrativa, como un instrumento más que coadyuva a dicho enriquecimiento.  O sea que por más que le pese a RD, los conceptos de izquierda y derecha no sólo existen todavía hoy sino que seguirán existiendo siempre porque no son sino las expresiones de dos modos de vivir y de ser, de modo que no es cierta ésa su afirmación de anoche de que una idea de progreso puede existir en el PP, o en su propio partido, porque no serán sino meramente coyunturales, instrumentales, no finalistas, quiero decir que si el PP, por ejemplo, retirara ahora su actual proyecto de ley sobre el aborto, no lo haría por convicciones éticas sino pragmáticas, no porque piense, porque le hayan convencido, de que obligar a las mujeres a seguir hasta el fin con su embarazo en determinadas y gravosas circunstancias es esencialmente criminal sino porque han llegado a la conclusión de que tal proyecto les restará votos en las próximas elecciones.  O sea, señora Rosa Díez, usted y su maestro se equivocan, izquierda y derecha, como conceptos, existirán siempre, otra cosa es que alguien acierte a encontrar otros términos más convenientes, porque son dos maneras inconciliables y eternas de concebir y defender los derechos humanos, algo que creo que ustedes no están muy seguros de si vale la pena de proteger y defender porque no es de esta manera como se alcanza y se mantiene el poder.

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