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Tocarle la fibra sensible a la Academia de Hollywood suele ser mano de santo y más si es con un tema controvertido (algunos lugares del mundo aún no aceptan a mujeres como la protagonista) que está tratado con sensibilidad y buen gusto. Quizás por eso este drama chileno se alzó con el Óscar a mejor película de habla no inglesa, que por otro lado tiene un argumento bastante simple y cuya baza esencial es la actuación de su protagonista, con la que es fácil y rápido empatizar. A veces entender un problema es más sencillo si logramos vivirlo como una experiencia nuestra y eso lo logran con esta película.