Ocurrió en Río Preto, Brasil. Una mujer, tras una fuerta discusión con su marido, no se le ocurrió nada mejor que quitárselo de en medio inyectándose líquido venenoso en la vagina, para que después su marido al realizarle sexo oral se intoxicara.
Para suerte del marido, no le sucedió nada, al escrutar la vagina de su mujer y percibir un olor extraño notó un mareo y decidió acudir a un hospital, donde tras varios analísis se concluyó que el paciente poseía niveles significativos de una sustancia venenosa.
Fue entonces cuando se inició una investigación policial. La mujer todavía no ha sido localizada.
Wloghero