Me sucede a menudo que tengo libros pendientes de leer de un autor durante mucho tiempo y en lugar de ponerme con ellos me lanzo a por la última novela suya que llega a casa. Es una mala práctica con la que solo consigo acumular más y más libros y es justo lo que me ha sucedido con Ayanta Barilli, cuya novela finalista del Premio Planeta 2018, Un mar violeta oscuro, sigue durmiendo el sueño de los justos en mis estanterías, mientras que su última publicación de hace unos meses es de la que hoy os hablo: Una mujer y dos gatos.
Mi opinión
En Una mujer y dos gatos Ayanta Barilli nos lleva hasta el confinamiento que todos vivimos durante 2020. Os confieso que era un tema sobre el que no me apetecía demasiado leer, sentía que bastante tenía con haberlo vivido y, además, haberlo vivido sola, saliendo todos los días a trabajar transitando calles desiertas por las que a veces hasta me daba miedo caminar.
Pero finalmente me animé y me alegro de haberlo hecho. Durante la lectura es inevitable preguntarse cuánto hay de autobiográfico en ella, pero sea como sea lo cierto es que su narrativa es tan cercana, tan íntima en ocasiones, que es fácil imaginar que habla de sí misma en todo momento y ha sido en su soledad de aquellos días y en sus pensamientos y emociones en los que me ha sido sumamente fácil sentirme identificada. Incluso en aquellas que difícilmente expresaríamos en voz alta por miedo a resultar poco correctos o egoístas.
En este testimonio de una época desoladora en la que todo era confusión, desconocimiento e incertidumbre, hay lugar también para apreciar las cosas buenas que de un modo u otro nos trajeron aquellos días y hay espacio para la reivindicación personal y para la desobediencia.
En definitiva, Una mujer y dos gatos es un relato íntimo y cercano de una época bien conocida por todos, narrado con sensibilidad y con grandes dosis de rebeldía. Me ha gustado acercarme a esta vivencia y me ha gustado, sobre todo, el estilo narrativo de una autora a la que volveré con toda seguridad.