Revista Cultura y Ocio

una nota gris

Por Aceituno

Ahora sí que llegó la primavera en todo su esplendor. Después de estos días lluviosos pero cálidos ha salido el sol y la explosión de colores en el campo es evidente. Como cada año se repiten las sensaciones. Naturalmente cada uno tendrá unos recuerdos muy propios de la primavera, asociados a su infancia, como anticipo del tan ansiado verano que es cuando llegan las vacaciones. Desde que somos niños, nuestra vida gira en torno a las vacaciones, a los fines de semana, a los días libres en que no hay que ir al colegio. Es increíble. Siendo así, digo yo que nos podríamos haber organizado de otra forma porque luego, de adultos, la historia se repite y estamos locos por que llegue un puente, o el fin de semana o las vacaciones (quien las tenga, claro). ¿No hubiera sido mejor trabajar dos días y descansar cinco? O, ya puestos, trabajar un mes y descansar once. No se. Seguramente un economista me diría que no sería posible y me chafaría la ilusión, así que mejor ni se lo pregunto. Aunque claro, si hay algún economista entre los lectores de este blog, estaría bien que nos sacase de la duda. Apuesto a que a él también le gustaría trabajar solo un mes al año.

De todas formas todo esto que digo es posible que lo diga porque soñar es gratis. Si hubiese que pagar otro gallo cantaría. No puedo pagar por nada. En mi situación, sin poder trabajar, todo es muy complicado. Por ahora sobrevivimos, pero pronto empezará a ser realmente difícil hacerlo. No nos quedará más que la ayuda que nos puedan dar nuestras familias, que no es mucho, la verdad. Como todo esto nos pilló en Chile y yo no estaba trabajando en España, pues el Estado se desentiende y me deja absolutamente abandonado en todos los sentidos. No me da ningún tipo de baja laboral, ni me concede el certificado de incapacidad, ni un subsidio por desempleo. Nada. Lo único que me ofrece es la renta mínima de inserción, que son unos 400 € al mes y al parecer tarda un año en tramitarse, así que siendo optimistas estará lista para la próxima primavera si es que no me he muerto antes. Este grado de indefensión me ha chocado mucho. Sinceramente yo pensaba que en España se cuidaban más este tipo de cosas. No comprendo como dejan que alguien tenga que lidiar con una enfermedad tan traicionera y tan cruel y al mismo tiempo buscarse las habichuelas por su cuenta. Además de agotador, es tremendamente injusto, creo yo. También está la Asociación Española Contra el Cáncer, que se ha portado muy bien, nos han dado una mini ayudita económica durante tres meses pero es todo lo que pueden hacer por nosotros. Así que a seguir en la lucha. No hay más remedio. El instinto de supervivencia manda.

No era mi intención soltar todo este rollo, pero ya está hecho. En realidad todo esto forma parte de mi mundo, así que tampoco está de más y en todo caso sirve de contrapunto a esta primavera gozosa que nos acompaña estos días.

Una nota gris en mitad del mundo de los mil colores.


una nota gris


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