Revista Libros
Joder que mal momento para este título.
Llevo tiempo intentando escribir esta reseña y no lo consigo. Carrère es un escritor inclasificable. Aquí una no ficción en la que se entremezclan historias propias, de su madre, de su abuelo georgiano, y el relato del último prisionero ruso de la Segunda Guerra Mundial, un húngaro que se negó a aprender ruso, y cuya historia (contada a través de un reportaje de televisión), lo lleva al remoto Kotelnich, un pueblo en medio de la nada del centro de Rusia.
Una no ficción en la que se asocian múltiples elementos, no siempre con orden. Incluída una historia erótica que según nos cuenta Jorge Volpi en El Pais tuvo más efectos que los literarios. Léanse por cierto también el artículo, es un batiburrillo escrito con oficio que le hace los honores a Carrère y los dejará mejor orientados que yo (o no) .
Más de Emmanuel Carrère:
Una semana en la nieve