Revista Política

Una nueva forma de revolución

Publicado el 04 diciembre 2010 por Basseta
Una nueva forma de revolución
Un buen día me encontré a un viejo amigo en Facebook, le mandé una solicitud de amistad, él me la aceptó (ya digo que somos viejos amigos), yo lo agregué a mi lista de contactos y le mande un mensaje privado preguntándole cómo le iba la vida. Yo me lo imaginaba en su lugar de trabajo de siempre, sentado detrás de la vidriera de una conocida administración de Lotería ibense. Pero Juan Ignacio, que así se llama mi amigo, me respondió de forma que me dejó descolocado: me contó algo de un terremoto y algo de Chile, cosas que no entendí.
Poco a poco lo he ido aclarando todo. Hacía tiempo que no lo veía por Ibi y el motivo era que había tomado la decisión de mudarse al hemisferio Sur, a Chile, junto a su compañera sentimental y sin poder despedirse de todos sus amigos. Y según me contaba, nada más llegar tuvo lugar el famoso terremoto. El caso es que os cuento todo esto porque Ju (que es como lo conocemos mucho) mantiene un estupendo blog en el que se ha referido recientemente al caso Wikileaks. Nuestro paisano Ju asiste perplejo y en pleno verano austral al mismo espectáculo que nosotros: la revolución mediática.
Un bloguero de referencia como Javier Mesonero dice que "... la filtración de los cables con los que la diplomacia (sarcasmo) de EEUU cuenta sus relaciones con los gobiernos de medio planeta auguran un cambio mucho más profundo de lo que podamos percibir en la actualidad ...Wikileaks nos está contando como funciona este mundo. Nos dice que vivimos una farsa de democracia donde el voto no es más que un atrezzo del decorado. Wikileaks nos pone en la tesitura de cerrar los ojos o denunciar a todos estos hijos de puta que nos roban la inocencia... (las negritas son mías).
Ignacio Escolar afirma que, en los últimos años, los voluntarios de Wikileaks han desvelado más documentos clasificados que toda la prensa mundial junta. “Esto demuestra el alarmante estado del resto de los medios de comunicación, es vergonzoso”, dice Assange. Aunque Wikileaks es más que un medio. Es el germen de una revolución que puede terminar con la herencia de Maquiavelo: con el cinismo y la hipocresía como primera herramienta del poder y la política. Por cierto, que en esta entrada a su blog, Escolar explica el sistema ideado por Assange para proteger su vida.
Una nueva forma de revoluciónEn definitiva, gracias a las filtraciones de Wikileaks hemos podido constatar algo que sospechábamos, que la diplomacia es de todo menos diplomática. Pero además, ahora los historiadores tendrán que reescribir la historia reciente usando otros conceptos. Por ejemplo, si tenemos que contar lo ocurrido en el caso Couso, ya no nos podemos creer inocentemente que el gobierno de España ha intentado que la justicia americana colabore mínimamente con nuestros independientes tribunales y fiscales. O quizás habrá que explicar que cuando Aznar dejó al PP en manos de Rajoy lo hacía cruzando los dedos. O que a la CIA y al Departamento de Estado no le gusta que nos quejemos por los vuelos ilegales de la CIA.
No obstante, la presión contra Wikileaks aumenta. Por segundo día consecutivo, la web responsable de la mayor filtración de documentos secretos de la historia de Estados Unidos ha sufrido un boicot empresarial. En esta ocasión, afecta a su clásica URL de Internet (www.wikileaks.org), que no está operativa desde las tres de la mañana, hora española. La organización se ha visto obligada a pedir ayuda en la Red y gracias al Partido Pirata suizo en primer lugar ha conseguido una URL alternativa. Con todo, la web de Julian Assange se puede visitar a través de varias direcciones IP, como http://46.59.1.2 o http://213.251.145.96 entre otras. La propia Wikileaks informa en su Twitter y en su web de las diferentes maneras de acceder a sus contenidos.
Los intentos de boicot a Wikileaks han provocado una rápida reacción en la Red. En Twitter, con la etiqueta #SaveWikiLeaks (Salvemos Wikileaks), cientos de internautas distribuyen las distintas direcciones IP y nombres de dominio que dan acceso a los contenidos de la web de Julian Assange.
Permítanme que insista en el paralelismo con el caso Onsurbe: los diplomáticos americanos, igual que Onsurbe, cotillearon sobre temas serios, frivolizaron temas muy serios, se cachondearon de temas extremadamente serios. Lo que ni unos ni otro sospechaban es que iban a salir en los papeles.
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