Desde la inauguración del Palau de les Arts pocas son las óperas barrocas que se han ofrecido; que yo recuerde solo Orlando de Haendel, en la Sala Principal y Dido y Eneas de Purcell en el Teatro Martín i Soler. Sin duda la escasez de presupuesto de la institución ha impedido su programación con más asiduidad y el Teatro Martín i Soler, con una sala infrautilizada de unas cuatrocientas localidades, es idónea por tamaño y acústica para la ópera barroca y de cámara, también parece perfecta para recitales de lied.
Por otra parte, está más que demostrado que la ópera barroca atrae a un público más joven que el que asiste habitualmente a las funciones de óperas del repertorio tradicional, así que todo teatro que quiera renovar e incrementar la afluencia de público a sus salas, seguir vivo, tendría que plantearse ofrecer este tipo de espectáculos con cierta frecuencia.
La sala del Teatro Martín i Soler vista desde el escenario
Tan mermado ha sido el presupuesto de Les Arts que parece mentira que todavía funcione el Centro de Perfeccionamiento, elemento fundamental para la formación de nuevos cantantes y para dotar al teatro de una plantilla de intérpretes de cantera. Desde hace unos meses de la dirección del Centro de Perfeccionamiento se encarga Davide Livermore, director de escena muy apreciado por los aficionados valencianos tras sus puestas en escena de La boheme y Otello de Verdi en la Sala Principal. Él se ha encargado también de la dirección escénica de La incoronazione di Dario, una ópera temprana de Vivaldi, todo el equipo técnico está integrado por personal del Palau de les Arts y cuenta también, además de los alumnos del centro, con la participación del Ballet de la Generalitat Valenciana, mientras que de la dirección musical al frente de la Orquesta de la Comuntitat Valenciana se encargará todo un especialista en la obra vivaldiana, Federico Maria Sardelli, director y fundador de la orquesta Modo Antiquo, musicólogo y flautista, conocido sobre todo por su participación en la Edición Vivaldi, un proyecto discográfico del sello Naïve, que se ha propuesto grabar las aproximadamente 450 obras manuscritas de Vivaldi que se conservan en la Biblioteca Nacional de Turín. .Estoy convencido de que el público valenciano responderá con su asistencia a las funciones que se han programado los días 14, 16 y 19 de diciembre, como viene haciéndolo habitualmente -salvo en los estrenos-demostrando que el proyecto iniciado el año 2005 en el Palau de les Arts, despreciado por los gobiernos estatales de todo signo, tiene su público y debe ir más allá de rivalidades entre grupos políticos y cuestiones jurídicas sobre su carácter de Fundación o su incorporación al proyecto CulturArts -polémica que parece definitivamente zanjada-, es un proyecto cultural necesario para la sociedad valenciana que debe apoyarse por ésta sin ningún tipo de fisuras. A ver si de una vez por todas somos capaces de dejar de lado nuestros prejuicios, visiones decimonónicas, de los años treinta del siglo pasado o provincianas, y de entender que la cultura operística, que históricamente siempre ha estado presente en la vida valenciana, no es exclusiva de una élite, sino que es patrimonio universal. Si no exigimos TODOS que Les Arts reciba un aporte presupuestario acorde con su capacidad artística, nos quedaremos con un recinto dedicado a banquetes de boda, el musical, las bandas de música y cantantes pop. No soy contrario a que se celebren otro tipo de eventos y espectáculos no operísticos si esto supone un incremento de recursos, pero hay que reconocer que esa no es la función para la que fue creado. Al margen de cuestiones derivadas de la política del pelotazo que ha azotado inclementemente a la Comunidad Valenciana, centrándonos en un punto de vista exclusivamente artístico el proyecto de Les Arts me parece el más sólido de cuantos se han hecho en España en el ámbito musical en los últimos años, es una lástima que por cuatro duros, que es lo que realmente representa en los PGE, se vaya a pique. Si siguen las cosas como hasta ahora sólo un milagro podrá salvarlo y un auténtico milagro podemos considerar el hecho de que hoy en día se sigan ofreciendo espectáculos de calidad como las recientes Traviata y Valquiria o el futuro Réquiem de Verdi con Chalilly.
Para terminar os dejo la obertura de la ópera de Vivaldi:
Pero no os voy a dejar sin un fragmento vocal: El aria Non mi lusinga vana speranza, una siciliana escrita para el personaje de Oronte, interpetada por Magdalena Kožena y la Orquesta Barroca de Venecia dirigidos por Andrea Marcon. Oronte, uno de los tres pretendientes al trono de Persina tras la muerte de Ciro, fue concebido para ser cantado por un castrado.
Non mi lusinga / Vana speranza, / Se non a torto / Posso sperar:
Non è che finga / La mia costanza, / E che superba / Voglia regnar.
Más información en la web de Les Arts: http://goo.gl/UoFrAc